sábado, 17 de septiembre de 2016

Arturo Pérez-Reverte, "España vieja patria"

En diciembre envié un ejemplar de mi "España vieja patria", entre otros, al escritor Arturo Pérez-Reverte. Y el 25 de junio pasado me contestó con unas líneas, en las que manifiesta que lo ha leído y que lo ha incluido en su biblioteca, sin otra valoración ni comentario.



Por esto último, y aparentemente, podría entenderse desdén o que no ha sido de su agrado. Quizá. Pero hay que tener en cuenta, como es sabido, que Pérez-Reverte recibe a diario decenas de cartas por correo, envíos por e-mail y mensajes de twiter o por otros medios de internet. También me consta que le envían centenas de libros, continuamente. Así que, me quedo con lo positivo:

1) Que lo ha leído y que lo ha hecho con placer e interés.
2) Que lo incluye en su biblioteca de consulta, porque así lo "merece".
3) Que al menos ha tenido la educación de contestar, algo que, antes que él, solamente el rey había hecho.


Libro "España vieja patria": comentarios recibidos hasta la fecha

Hasta el día de hoy, recuerdo estas opiniones sobre el libro "España vieja patria".







18-12-2015
Rafael Sánchez Saus
Historiador, ex-rector, ex-decano; Sevilla:
"En 'España vieja patria' se estudia la nación con más vieja conciencia de serlo en Europa, la que por ello nunca tuvo necesidad de hacer ostentación de su singularidad. No es un libro de ocasión, urgido por estrategias editoriales o conveniencias académicas, sino un sólido volumen de 820 páginas, en las que el lector encuentra los hechos, documentos y razones que aseveran la antiquísima realidad de España".

18-12-2015
José Berdugo Romero
 Licenciado en Historia y en Derecho, doctorando en Prehistoria, académico de la Real de Historia de Antequera; Teba (Málaga):
"En 'España vieja patria' el autor esgrime una colosal batería de fuentes, que, desde los clásicos grecorromanos, pasando por los grandes sabios de la Hispania visigoda y por las múltiples crónicas medievales, evidencian lo obvio: la existencia de una comunidad ancestral de probado abolengo. Y lo hace con un manejo historiográfico y filológico propio de los más consumados especialistas, traduciendo directamente la lingua mater. No es una obra fruto de alguien anclado en un supuesto nacionalismo español, antivasco o anticatalán. Nada más lejos de la realidad. 'España vieja patria' es una loa a lo que nos une, desde el profundo respeto, conocimiento y amor a los idiomas, costumbres, peculiaridades y culturas de nuestros compatriotas vascos y catalanes, tan hispanos (o probablemente más) que cualesquiera otros habitantes de la piel de toro".

29-12-2015
"Unknown":
"Este autor impregna su libro de un toque docente, que hace agradable la lectura, a la par que fáciles de asimilar, de los textos históricos más complejos. Un tratado histórico que yo pondría en una cápsula del tiempo, para las generaciones venideras, por si en los desvanes del futuro se perdiera la esencia y la historia de este país, al que algunos todavía seguimos llamando patria".

 1-4-2016
Juan Benítez Belgrano:
"El trabajo de investigación realizado por Francisco Ortiz Lozano es de una gran calidad. Nos encontramos con una obra de gran calidad, que permanecerá en el tiempo y que aborda los temas con la profundidad propia de los libros especializados. Su capacidad para desarrollar los temas, junto con una racional cronología, hacen del libro una obra de consulta muy necesaria".

1-4-2016
Mariano Ledesma Hidalgo
Licenciado en Derecho, abogado; Málaga:
"Estoy conociendo cosas que jamás leí en ningún otro libro. Mi admiración hacia el autor va in crescendo, pese a reconocer que no es un libro para distraerse, sino para aprender. La bibliografía es apabullante".

3-4-2016
Pedro Luis Gómez Carmona
Periodista, ex-subdirector del diario "Sur"; Málaga:
"Ortiz utiliza un apabullante repertorio documental, de fuentes y crónicas antiguas y medievales, que se presentan al lector en forma bilingüe, con cuidadas traducciones al castellano y redacciones originales en latín e incluso en catalán medieval, lo que sin duda hace más atractivo aun si cabe este libro. Debería ser un regalo para los políticos patrios, especialmente para aquellos que quieren romper en mil pedazos lo que, aparte de ser una construcción de muchos siglos, es un sentimiento y un orgullo para millones de personas: España".

4-4-2016
"Dutronika":
"Un libro que, con apabullantes argumentos y textos extraídos de las crónicas, entra a fondo, persigue y consigue dejar absolutamente nítido que el origen y la esencia de España es milenario, y que los aires disgregadores son de cuño más reciente y están basados en ensoñaciones, en la distorsión de la historia y en la más burda manipulación".

19-4-2016
Eduardo López Pascual
Profesor, Cieza (Murcia):
(Su magistral intervención fue expuesta oralmente en el acto celebrado en dicha localidad, aunque no cuento con copia escrita.)

19-4-2016
Manuel Parra Celaya
Profesor; Barcelona:
"Francisco Ortiz Lozano nos ofrece a los catalanes y a todos los españoles una joya en forma de libro: ‘España vieja patria’, donde se puede observar, no sólo su fecunda labor como historiador, sino el amor y el dolor de España. Es un libro incómodo para la corrección política nacionalista o entreguista, (que intenta paliar) el cuestionamiento que tiene lugar entre los españolitos de a pie, a quienes se les ha hurtado nuestra propia historia desde las aulas escolares, con la ocultación, desprestigio, tergiversación, manipulación y visiones sesgadas y localistas. Así, los jóvenes –y una gran parte del pueblo español- son completamente analfabetos en historia; y los mayores, muchos de nosotros acaso, la hemos olvidado. Cada afirmación del libro viene sustentada, a pie de página, por el documento correspondiente. Que nadie espere encontrar un enfoque de exaltación patriotera, a la manera del supuesto nacionalismo español decimonónico, tan contrario a la propia esencia española. Si Ortiz derriba los mitos secesionistas de forma documentada, también derriba las visiones que han puesto un españolismo folclórico por encima de la españolidad".

28-6-2016
Justo Sánchez Arévalo
Torrox (Málaga):
"La obra la catalogo de magnífico tratado de la ciencia histórica, con el título inolvidable de 'España vieja patria'. Tan descomunal obra me ha sorprendido, pero era lo que buscaba. No comprendía el menosprecio de la sociedad hacia nuestro mundo y nuestra cultura. Pensaba que había que concretar; es decir, poner en su sitio de dónde venimos y quiénes somos los españoles, para proyectarnos mejor hacia el futuro, no cometiendo los errores del pasado ni del presente. El epílogo me parece magistral y precioso; se lee como una ensoñación. En cuanto al simbolismo del Toro, todo queda dicho en el libro. Nada que añadir. Más bien mostrar la necesidad de declarar el rito patrimonio inmaterial de la humanidad".

30-7-2016
Pedro Diego Gil López
Poeta, escritor; Cieza (Murcia):
"Acabo de terminar de leer su obra 'España, vieja patria', y me parece magnífica. Como siempre, la realidad supera a la ficción. Aseveraciones como que los vascos son los hispanos más auténticos, reducto de lo que fueron las tradiciones iberas, están perfectamente argumentadas. Creo que su 'España, vieja patria', será una obra de referencia para todos los que estimamos la verdad. La he leído con verdadero interés. Hay un desconocimiento generalizado de nuestra historia; se ignora, se manipula y se malinterpreta. Gracias a su libro se descubren las fuentes del pasado. Su labor divulgativa no tiene precio".

Opinión del escritor Pedro Diego Gil López sobre el libro "España vieja patria"

Pedro Diego Gil López, poeta y escritor de Cieza (Murcia), cuyas referencias pueden verse en la contraportada de su libro "El pergamino de Shamat", me remitió (el 30/7/2016) esta opinión sobre mi "España vieja patria":

"Acabo de terminar de leer su obra 'España, vieja patria', y me parece magnífica. Como siempre, la realidad supera a la ficción. Aseveraciones como que los vascos son los hispanos más auténticos, reducto de lo que fueron las tradiciones iberas, están perfectamente argumentadas. Creo que su 'España, vieja patria', será una obra de referencia para todos los que estimamos la verdad. La he leído con verdadero interés. Hay un desconocimiento generalizado de nuestra historia; se ignora, se manipula y se malinterpreta. Gracias a su libro se descubren las fuentes del pasado. Su labor divulgativa no tiene precio".







Cierta sensación de amargor: la invisibilidad de mi libro "España vieja patria"


Pasados nueve meses de la publicación de mi libro "España vieja patria", no puedo evitar cierta amargura, en cuanto a su difusión y conocimiento por parte del público lector de historia y del lector interesado por la vigencia de España como patria y como proyecto.



La clave está en el grave momento que vive España, en cuanto a su concepción como patria antiquísima, en cuanto a su desconocida historia y en cuanto a las nefastas fuerzas políticas que corroen su bimilenaria unidad. Y en el ninguneo de un libro que podría paliar en parte, al menos en una mínima parte, ese dislate.

Los documentos originales que rescato en mi "España vieja patria" son de una elocuencia y de una prolijidad tales, que yo pensaba que el libro iba a ser recibido con ilusión y afán de saber por parte del mundo de la historiografía, del mundo de los medios de comunicación, del mundo de los indignados, en la encrucijada en que se encuentra España, agredida y atacada cada vez más peligrosamente, e indolentemente, por el golpismo secesionista. Yo pensaba que iban a darle mejor acogida y facilitarle cierta difusión y propaganda. ¡No por mí ni por mi libro, sino por la urgente necesidad de que lo que en él se contiene sea conocido por tantos españoles, de buenos y patrióticos propósitos, pero tan desasistidos de ese conocimiento histórico! Lo dijo muy claro el catedrático de Historia Medieval, ex-rector y ex-decano Rafael Sánchez Saus, cuando manifestó que si este libro, en vez de escribirlo Francisco Ortiz, tan desconocido (y aclarando "¡Y digo exactamente este mismo libro, tal y como está escrito, sin cambiarle una coma!"), lo hubiera publicado cualquier autor de renombre, entonces cubriría los anaqueles de todas las librerías y habría tenido un enorme éxito.

Su difusión por las librerías no ha sido general: en la inmensa mayoría de ellas está ausente (sólo se ofrece por catálogo). Y no sé por qué ha hecho poca gracia. Y en las librerías en las que está, salvo honrosas excepciones (como la librería Quesada de El Escorial, la de Guareña o la librería Hermanos Sánchez, del barrio malagueño de la Cruz de Humilladero), le han sido negados los escaparates (ni siquiera lo han querido exponer ni una semana ni un solo día) y se encuentra en vitrinas casi siempre escondidas. ¿Miedo, escrúpulos, suposición de que se trata de algo políticamente incorrecto, a pesar de ser, como es, un libro de historia pura?

Lo que es evidente es que si el libro no se ve, ¡¿cómo va a venderse?!

Y que si el potencial lector no sabe que existe, ¡¿cómo va a comprarlo?!

A pesar de haber sido remitido a la mayoría de los medios de comunicación (un ejemplar, fotos, glosa...), salvo el artículo de Sánchez Saus en algunos diarios andaluces, anunciando previamente su salida y salvo la acertadísima alusión de Pedro Luis Gómez en "Sur" (que tanto agradezco), sólo el más cruel de los silencios ha caído sobre él. Ni siquiera los diarios, revistas y radios que supuestamente habríamos podido creer defensores de la unidad de España han tenido ni la más mínima educación de acusar recibo. Silencio absoluto.

Económicamente hablando, sólo me queda el consuelo de haber recuperado los varios miles de euros que hube de adelantar a la editorial, como aval, por gastos de impresión, edición y distribución. Por supuesto, mi trabajo de años, de consultas, viajes, estudio y redacción, por ahora es gratuito. Pero insisto: aparte de lo económico, lo triste es que una obra así, crucial como réplica contundente a las poderosas fuerzas descuartizadoras de la unidad de España, permanezca en el silencio.

Y que nadie se sienta obligado o en compromiso alguno. La llamada va dirigida sólo y exclusivamente a los medios de comunicación, a los distribuidores, a los libreros, al experimentado lector de historia y al lector comprometido con la idea de patria.

Fallece el duque de Medinaceli, que asistió a la presentación de mi libro "España vieja patria" en Sevilla

Hace unas semanas falleció Marco de Hohenlohe Medina, duque de Medinaceli, de cuya asistencia a la presentación de mi libro "España vieja patria", en primera fila, en Sevilla, en el pasado mes de abril, me sentí tan honrado (ver una entrada, algo más abajo en este blog).

Al funeral ha asistido nuestro rey, Felipe VI, con el que guardaba entrañable amistad.


 Don Marco era un importante hombre del mundo de la cultura, por su promoción del arte y del patrimonio, además de un destacado ejemplo de la nobleza española, tan ligada a la historia de nuestra patria.

Adjunto dos enlaces (a "ABC" y a "Hola"), con la noticia. 

http://www.abc.es/estilo/gente/abci-felipe-preside-emotivo-funeral-memoria-duque-medinaceli-201609070838_noticia.html

http://www.hola.com/realeza/casa_espanola/2016090788192/rey-funeral-duque-medinaceli/
 

Justo Sánchez Arévalo y el libro "España vieja patria"

UN EMOTIVO RECONOCIMIENTO PARA MI LIBRO "ESPAÑA VIEJA PATRIA". UN EMPUJÓN MUY NECESARIO POR PARTE DE JUSTO SÁNCHEZ ARÉVALO




Algunas opiniones -escasas, pero agradecidísimas por mi parte- me han ido llegando sobre mi libro "España vieja patria". Hoy quiero hacer pública la que se puede calificar de inmerecido -casi- homenaje, que me dedica el artista Justo Sánchez Arévalo, al que otras veces me he referido.

No contento con expresar su opinión -una opinión que es toda una epístola literaria de seis folios-, me regala un libro que él relaciona y empareja al mío, y, por si fuera poco, me dedica, compartido con Félix Rodríguez de la Fuente, su último álbum musical.

Con el libro no ha podido tener más acierto: "Los reyes del Grial"; un estudio histórico y documentadísimo sobre los avatares que siguió, siglo a siglo, civilización a civilización, el cáliz tenido por el de Cristo por parte de la primera comunidad cristiana de Jerusalén, y que acabó en manos de la infanta Urraca de León, depositándose en el monasterio de San Isidoro de León en el año 1063. Curiosamente, el libro está escrito por la historiadora Margarita Cecilia Torres-Sevilla Quiñones de León, de la que cito datos genealógicos medievales en otro de mis libros, "Historia medieval de la tierra de Málaga. Musulmanes y cristianos en el valle de Ardales". El libro del Grial me lo zampé en pocos días; en él he escrito: "Regalómelo Justo Sánchez Arévalo a 28-6-2016. Comencélo a leer a 8-7-2016. Terminélo y mucho gustóme a 15-7-2016". 

Cuando escribí el "España vieja patria", yo no tenía el dato que el libro "Los reyes del Grial" recoge de Wolfram von Eschenbach, un autor medieval que escribe en el año 1207 su obra "Parzival". Eschenbach se basaba en Kyot de Provins, de hacia 1195, confirmando lo demostrado ahora documentalmente (de fidedignas fuentes árabes) por Margarita Torres-Sevilla: que el cáliz de ágata de Cristo llegó a manos del "rex Hispaniae" (Fernando I) gracias a un primo suyo (Parzival) ("Daz maere uart do iamerlich von uazzer uurden diu ougen rich dem uerden Spânôle"). Aun antes, hacia 1180, es decir, un siglo después de los hechos, el francés Chrétien de Troyes, escribiendo en verso sobre algo ya deformado por la transmisión oral, acierta de pleno en el fondo de la verdad, e identifica a Fernando I como el rey Titurel, "de la estirpe de los reyes de Hispania" (de los antiguos reyes godos de Hispania), y a sus hijos Sancho (II) como Frimutel, y Alfonso (VI) como Anfortas. Unos datos interesantísimos, que de haberlos yo conocido a tiempo, los hubiera incluido, con todo honor, en mi "España vieja patria".

En las fotos se ve el cáliz de ágata traído de Oriente antes de 1063, y el cáliz recompuesto, con su pie, estructura de plata y engarces de piedras preciosas, con que lo revistió la infanta Urraca, más esta inscripción en latín: "IN NOMINE D(omini). VRRACA FREDINA(n)DI" ("En nombre del Señor, Urraca -hija de-Fernando").


El disco "Septimana Terra Dies", de Justo Sánchez Arévalo, lo he disfrutado, a pesar de mis extrañas antipatías musicales. Mi mujer, Lola, lo piropea más que yo, por relajante y propiciador de la paz y el trabajo. Pero mi sorpresa es cuando leo su reseña:

"Este disco está dedicado en su totalidad a Francisco Ortiz Lozano y al gran Félix Rodríguez de la Fuente. Paco me conectó físicamente con la naturaleza cada fin de semana (...). Ambos fueron influyentes en mi espíritu joven (...). Ambos estuvieron en mi vida en el momento justo".

Como puede notarse, algo abrumador. Por un lado, la sensación de que uno no es para tanto. Por otro, la inmensa dicha y felicidad de que la educación que se esforzó durante tantos años en transmitir, para empapar con ella a la infancia y a la juventud, no cayeron en saco roto ni se esfumaron como la escasísima humedad del aire tórrido de este seco verano malagueño. Educar y revestir de valores ¡¡¡sirve para algo!!! Para algo muy bueno.

En cuanto a su epístola-opinión de mi libro, aún más abrumado me siento. ¡Y qué falta le hace a España -y también al desdichadamente desconocido libro; a España sobre todo- un empujón, un soplo de brisa fuerte como el que da Justo! Para que se conozca y, principalmente, para que el concepto de España, de unidad de España y el proyecto de España, cara al futuro, consiga ilusionar a un pueblo desmoralizado; desenmascarando, de paso, a tanto apátrida, a tanto renegado y a tanto guerracivilista como anda corroyendo por ahí, con ese afán descuartizador.

De la epístola de Justo, redactada graciosamente a modo de texto medieval, como los auténticos documentos que inserto en mi "España vieja patria", entresaco estos fragmentos:

"Loa al magister don Francisco de Ortiz y Lozano.
'Aquesta loa va dedicada a su figura por dos motivos, que son nucleares en mi vida: el primero, por sus enseñanzas en los montes, en los campos, de día, de noche, en grupo o en solitario; y el segundo, por el inmenso libro que acaba de escribir de su punno y letra, porque (...) tal hecho a mí me parece inmensa y gruesa gesta.
'La obra la catalogo de magnífico tratado de la sciencia e storia con el título inolvidable de 'Spannia vieja patria' (...)
'Tan descomunal obra me ha sorprendido. Pero era lo que buscaba. No comprendía el menosprecio de la sociedad hacia nuestro mundo y nuestra cultura. Pensaba que había que concretar; es decir, poner en su sitio de dónde venimos y quiénes somos los españoles, para proyectarnos mejor hacia el futuro, no cometiendo los errores del pasado ni del presente (...).
'En este largo camino que durante treinta siglos llevamos andado, aún no nos conocemos (...).
'Me han gustado mucho los capítulos sobre Pelayo, sobre Alfonso X el Sabio y, cómo no, sobre Sancho III de Pamplona (...). El epílogo me parece magistral y precioso, que se lee como una ensoñación (...).
'Especial interés me ha causado la parte relacionada con San Isidoro y, por supuesto, con doña Urraca (...).
'En cuanto al simbolismo del Toro, todo queda dicho en el libro. Nada que añadir. Más bien mostrar la necesidad de declarar el rito patrimonio inmaterial de la humanidad (...).
'Y otra sugerencia que hacer te tengo: nuestro rey Felipe VI debe conocer y estar informado de tu magistral obra
".

Y se despide con fecha en latín, emulando mi libro.

Por mi parte, sólo tengo que añadirte, amigo Justo, que el rey recibió el libro, que también envié a otros quince organismos culturales y a los principales medios de comunicación -de todo pelaje- a lo largo y ancho de nuestra patria. Y que de todos esos destinatarios, el rey de España fue el único que se dignó contestarme, con afable carta, incluso comentando algo del libro (bueno, ahora, después, también me ha contestado Arturo Pérez-Reverte). Todo un orgullo para mí. Con la respuesta de Felipe VI, no me importa que ningún otro, entre los demás, se molestara siquiera de acusar recibo del libro.

En las fotos, Justo conmigo en la presentación de Málaga (diciembre pasado), dedicatoria de su disco, y algo sobre el libro "Los reyes del Grial", con el cáliz de ágata de la comunidad cristiana primitiva de Jerusalén, más los adornos que en el año 1063 le añadió la infanta Urraca de las Hispanias.