domingo, 19 de septiembre de 2021

Una joya cinematográfica para la Historia de Ardales: la película francesa "Carmen", con Raquel Meller, 1926

 Por Francisco Ortiz Lozano

Fotografía de la ermita de Villaverde, tomada en octubre de 1925 por los técnicos franceses de la película "Carmen". Se ven los soldados ascendiendo por la rampa.


UNA JOYA CINEMATOGRÁFICA PARA LA HISTORIA DE ARDALES

LA PELÍCULA FRANCESA DE CINE MUDO “CARMEN”, CON RAQUEL MELLER, Y SUS ESCENAS RODADAS EN LA ERMITA DE VILLAVERDE, EL ALMORCHÓN Y LA MESA DE BOBASTRO EN OCTUBRE DE 1925

Y EL MULO BLANCO DE LA FAMILIA LERÍA DURÁN

Yo tenía pensado reservar toda esta información para mi tomo 5º de la Historia de Ardales. Pero el tiempo vuela y creo que es mejor anticiparlo ya por aquí, por facebook y por mi blog.

 En la pista del extraordinario dato histórico me puso Candelaria Lería Durán (nacida el 18 de febrero de 1903), a la que entrevisté, junto a sus hermanas Carmen (n. 1909) y Aurelia (n. 1917), los días 6 y 29 de julio de 1993 (hace por lo tanto veintiocho años) en su casa de calle Andrade Navarrete, nº 31 (actual casa rural Santa Argentea).

 En aquellos días, Candelaria tenía 90 años; Carmen, 84; y Aurelia, 76. ¡Y la que mantenía la mente más fresca y prodigiosa era la hermana mayor! Entre otros muchos testimonios valiosísimos para la historia de Ardales, Candelaria me dijo de buenas a primeras y mirando a sus hermanas, como intentando recordárselo:

 —En esa cuadra —que aún se conserva con sus numerosos pesebres—, mi padre tenía varias yuntas de bueyes y de mulos. Y el mulo favorito de papá era el mulo blanco. Cuando vino a Ardales la actriz Raquel Meller para hacer la película “Carmen”, los franceses alquilaron muchas bestias a los ardaleños para rodar las escenas de los contrabandistas. Pero la mejor bestia y la que más les gustó fue el mulo blanco de papá, porque, cuando fuimos a Málaga a ver la película, nuestro mulo es el que salía el primero en todas las escenas.

 Yo me quedé de piedra. Y le pregunté:

 —¿Y qué edad tenía usted cuando vinieron a Ardales a rodar aquella película?

 —Yo tenía 17... ó 20 años... —en realidad, Candelaria tenía, en aquellos días, 22—. La película la hicieron en Ronda. Los peliculeros que hacían el papel de ladrones, de bandoleros, iban con caballos y con bestias, y pasaban por un camino, por El Chorro, y nosotros fuimos a verlos. Vi a Raquel Meller, que traía un perrito vestido de punto. Era muy guapa, delgadita, no muy alta. A mi padre le alquilaron el mulo blanco y una yunta más. Y pagaban un dinerito por los mulos.

 Ahora, viendo la película, pienso que lo que yo, en mis anotaciones de la entrevista a Candelaria Lería Durán tomé como "el mulo blanco y una yunta más", sería mejor "el mulo blanco y otro mulo más, la yunta". Lo digo porque en la película se ven casi siempre los dos mulos blancos juntos. Y, de los dos, el que siempre va el primero es el que no tiene el adorno en la frente.

...

Hasta aquí el testimonio de oro de Candelaria Lería Durán. Yo, por mi parte, busqué información sobre esa película. Pero en 1993 todavía no existía o yo no manejaba internet y era complicado.

Pero, pasado el tiempo, hace cinco o seis años, me puse a buscar en google y... ¡efectivamente!, en internet viene casi todo.

...

 De la ópera francesa "Carmen", de Bizet (1875), basada en la novela de Prosper Merimée (1845), se han hecho muchas versiones para cine. La cuarta película de todas ellas, aún en cine mudo, fechada en 1926, es la que nos interesa.

 Las primeras escenas de la película se rodaron en Ardales, entre los días 10 y 30 de octubre de 1925, suspendiéndose en noviembre a causa de las lluvias y reanudándose el 12 de diciembre. Ya, desde enero de 1926, se rodaron las escenas de Ronda, Gaucín y Tarifa, y las de Elizondo, en Navarra. Y a partir de marzo, las escenas de estudio, en Francia. El director fue Jacques Freyder. Y los dos principales protagonistas, Raquel Meller (en el papel de Carmen) y Fred Louis Lerch (en el de José). Como curiosidad, decir que el famoso cineasta español Luis Buñuel, que contaba entonces con 25 años, sale de extra, de bandolero, en la película.

 Dura mucho para ser una película muda, 2 horas y 39 minutos: tal fue la espectación y el éxito que levantó. Fue estrenada en París el 5 de noviembre de 1926; y, en España, en Madrid, el 10 de enero de 1927. Tiene muchas escenas nocturnas y de madrugadas; así entiendo la preferencia del director en el mulo blanco, pues destacaba más en la oscuridad. Fue felicitado Jacques Freyder, el director, por la crítica, precisamente por una de las escenas, rodada en un crepúsculo, en aquellos montes ardaleños, por sus juegos de contraluces del cielo y del fuego, que parecían de estudio, pero que filmó completamente del natural.

 La película fue objeto de numerosas portadas de revistas en todo el mundo y de carteles a todo color.

 Raquel Meller, famosísima actriz, cantante, cupletista y bailarina, levantaba pasiones en la España de la época, con su imagen de mujer fatal, y, desde luego, era la actriz española de fama más internacional. Nacida en 1888 en Tarazona (Zaragoza), tenía 37 años cuando vino a Ardales a rodar esta película, y desde luego su apariencia juvenil era envidiosa. Murió en 1962, a los 74 de edad.

 Acompaño un repertorio de imágenes captadas de la propia película, en las que pueden verse la ermita de Villaverde, los tajos de la Mesa y El Chorro, cuevas y casas-cuevas de la zona, tal y como estaban en aquel mes de octubre de 1925, ¡hace un siglo menos cuatro años!; también, imágenes congeladas del mulo blanco de la familia Lería Durán; y una selección de carteles, portadas de revistas y fotografías tomadas durante el rodaje en Ardales. Así como un cuadro de un desnudo de Raquel Meller, pintado en 1913 por el famoso pintor cordobés Julio Romero de Torres, cuando ella tenía 25 años. Según las revistas francesas de la época, muchos extras los escogieron entre los habitantes de los pueblos en que se rodaron aquellas escenas. No es de extrañar que el viejecillo que aparece, haciendo de bandolero que monta guardia, a la izquierda de la ermita de Villaverde, sea un ardaleño de la época, que, siéndolo, tendría unos 70 años, y nacería por tanto hacia 1855.

 Y, para los amantes del cine y de la historia de Ardales, aquí tenéis el enlace para ver la película entera y con una calidad excelente (si pierde calidad con las pausas que le hagamos, conviene cargarla de nuevo, y vuelve a salir muy nítida):

 https://www.youtube.com/watch?v=t80tsrrHlA4

 ...

Cartel del estreno de la película en Barcelona, 19 de marzo de 1927:


Ermita de Villaverde, octubre de 1925, imagen congelada de la película:

 


Extra de bandolero montando guardia. Paisano del lugar:


Amanecer desde el puerto de las Atalayas, imagen congelada de la película:


Arroyo del Granado, Ardales, por donde asciende un escuadrón de caballería:


Casas cuevas de Villaverde, imagen congelada de la película:


Casas-cuevas de Villaverde, otra perspectiva:


Ermita de Villaverde, otra perspectiva:


Fotografía tomada por los técnicos franceses del rodaje en uno de los abrigos rupestres de Ardales, octubre de 1925.
La calidad de esta escena fue aplaudida por los críticos de la época, que escribieron en la revista "Cinéa-ciné":
"El vivac en la montaña es una excelente mesa de composición, que a algunos les costará creer que no sea un modelo de estudio, en tanto que la silueta de las rocas, desprendidas a contraluz, podrían haber sido recortadas en cartón con el cincel de un decorador extravagante"; "Cinéa-ciné pour tous", del 15-11-1926. Foto DR:


Los mulos blancos de los Lería Durán:


El mulo blabnco, favorito de Rafael Lería Guerrero, octubre de 1925:


El mulo blanco otra vez:


Raquel Meller en la primera escena en la que aparece en la película:


Fred Louis Lerch, en su papel del navarro José Lizarrabengoa:


Escenas finales. José suplicando a la mujer fatal, Carmen:


José y Carmen en sus primeros flirteos:


Corrida de toros en la plaza de Ronda. Imágenes congeladas de la película. Enero de 1926:



Cinco de las cámaras de filmación. Había otras más en lo alto de un parapeto que se colocó en el centro de la plaza de toros durante la corrida:


Portadas de las revistas "Cinémagazine", de 3-12-1926; "Cinéa-Ciné", de 15-11-1926; y"Ciné-Miroir", de 15-3-1926:




Estampas para coleccionismo con escenas de la película. 1926:


Tres carteles de la película, 1926:




Raquel Meller en su debut en el teatro, año 1911, con 23 años:


Raquel Meller y su esposo Enrique Gómez Castillo, en el cuadro "La Venus de la Poesía", pintado en 1913 por el famoso pintor cordobés Julio Romero de Torres. Tenía Raquel en aquellos días 25 años de edad:


Raquel Meller en 1918, con 30 años:


 

 

miércoles, 25 de agosto de 2021

Virgilio Martínez Enamorado. Sus incomprensibles e hirientes palabras de hace nueve años

LO QUE VIRGILIO MARTÍNEZ ENAMORADO ME ACHACÓ A MÍ

El prestigioso medievalista y arabista Virgilio Martínez Enamorado y yo, desde hace muchos años, mantuvimos una cordial relación de amistad y colaboración. Sobre el apasionante tema de Bobastro, él me facilitaba sus publicaciones, y yo, datos acerca del terreno, que él agradecía y que incluía en sus textos, citándome con respeto.

 

Sin embargo, dos años después de la publicación de mi libro "Bobastro, la ciudad de la perdición" (Ardales, 2010), Virgilio Martínez Enamorado vertió, en su libro " ‘Umar ibn Ḥafṣūn. De la rebeldía a la construcción de la Dawla” (publicado en Puerto Rico, 2012), una serie de incomprensibles e hirientes palabras contra mí, con el agravante de achacarme conclusiones, supuestamente mías, cuando esas supuestas palabras mías eran justamente las contrarias a las que yo publiqué.

La crítica constructiva entre quienes escribimos Historia u otra materia es sana y fructífera.

Pero en este caso no hay nada de eso. Se trata simple y llanamente de invertir mis palabras y mis conclusiones, para a renglón seguido verter una serie de hirientes desprecios, minusvaloraciones y humillaciones.

Él, además, es un doctor en Historia de gran prestigio y su obra goza de amplia y merecidísima difusión y elogio; yo, en cambio, soy un sencillo maestro de pueblo, bastante desconocido para la comunidad universitaria nacional e internacional y no cuento con canales de difusión para poder replicar en justicia. Por eso, su ácido ataque resultó doblemente cruel.

 

MI OBLIGADA RÉPLICA

¿Por qué yo no hice una réplica en 2012, tras comprar y leer su libro? Muy sencillo. Porque no soy persona de enfrentamientos y polémicas; porque me resulta muy triste meterme en una confrontación con alguien con el que me cruzo y al que saludo frecuentemente en mi pueblo, Ardales; y por el respeto y el cariño que profeso a su familia política desde, nada más y nada menos, el año 1977.

Por eso he evitado durante todos estos años sacar este tema y decidí obviar aquel ataque, aquella humillación, aquellas palabras hirientes.

¿Qué ha cambiado ahora, nueve años después, en 2021, para que me decida a hacer pública mi réplica, con lo que ella podría acarrear de polémica ciertamente desagradable? Muy sencillo también. Porque acabo de recibir en pocos días dos opiniones despreciativas contra mi obra, al dar por ciertas las palabras de Martínez Enamorado y sin haber leído mi libro, menospreciándolo a priori.

Así que, siendo completamente injusto que quede flotando la duda sobre este asunto desde ahora y hacia el cercano y lejano futuro, voy a contestar dichos ataques y dichas falsificaciones.

 

LAS CITAS SOBRE MÍ EN EL LIBRO DE VIRGILIO MARTÍNEZ

En su libro, Virgilio Martínez me cita seis veces.

En la primera de esas citas (página 1), lo hace sin significación laudatoria ni condenatoria, simplemente para informar de que mi libro es una de las tres monografías sobre ‘Umar ibn Ḥafṣūn y Bobastro publicadas en el tiempo actual, junto a las de los doctores Acién Almansa (1997) y Vallvé Bermejo (2004) (que descansen en paz ambos).

En otras dos citas (páginas 59 y 113), se refiere a mí de forma elogiosa en cuanto a mi estudio y mis propuestas sobre la figura de Argentea de Bobastro, por suponer que mi visión, según él, es una visión argumentada, "lógica" y "mucho más completa", reconociendo que es novedosa, inédita hasta la publicación de mi libro.

Pero tales elogios no atenúan el carácter de sus despiadadas palabras en las otras tres citas. ¡Ya digo que la crítica es natural y fructífera!, pero no la falsedad.

Dos de esas opiniones hirientes las monta sobre una falsificación de mis conclusiones; la otra, sobre una tergiversación incomprensible desde el punto de vista de la verdad, y ofensiva.

Falsifica mis conclusiones, poniendo en mi boca, o mejor dicho en mi pluma, unas conclusiones que son exactamente las contrarias de las que yo escribo, expongo y publico.

Dice (páginas 45 y 46) que Vallvé Bermejo y yo, Ortiz Lozano, hemos "asignado al personaje" "un papel de garante de la autenticidad hispánica, ya sea en su versión rancia de cristiano levantado contra el moro infiel, ya sea en su versión más 'moderna' de descendiente de visigodos", y que intentamos devolver la valoración historiográfica del personaje a pleno siglo XIX. Y nos estigmatiza con la despectiva y supremacista frase de que lo hacemos "sin complejo alguno". Lo peor es, que de forma inadmisible, él no se ve obligado a argumetarlo. Descalifica porque sí y punto, cuando resulta que quien haya leído mi libro verá que yo no ofrezco, dicto ni proclamo ninguna visión historiográfica, sino que me limito a ordenar los desordenados relatos que nos ofrecen las fuentes originales musulmanas, ¡con sus propias palabras!, facilito una relación exhaustiva y completa de las visiones historiográficas de todo tipo, con respeto hacia todas ellas y asumiendo lo que cada una de ellas aporta, para, por último, exponer yo la mía (páginas 725 a 736 de mi libro), siempre, siempre, siempre con fundados argumentos.

Pero lo peor es cuando Martínez Enamorado (página 79), después de decir una gran verdad, cual es que la figura de ‘Umar ibn Ḥafṣūn es la de un personaje muy prosaico y sin escrúpulos religiosos (¡como yo también digo, mostrándome de acuerdo, a lo largo de mi libro!), añade que ello está "en las antípodas de derivas hagiográficas", diciendo que se refiere "particularmente a la obra de Ortiz Lozano". Por supuesto, otra vez sin argumentarlo.

Finalmente, la tergiversación (página 47), falsificando mis conclusiones, y haciéndolo además sobre una suposición falsa, que roza lo fraudulento y, por tanto, lo ofensivo, al decir mentirosamente sobre mí que yo, acerca de ‘Umar ibn Ḥafṣūn, me dediqué a "hacerlo campeón de la cristiandad frente al infiel", palabra, por cierto, que yo no empleé nunca, y a hacer de Bobastro "una 'Covadonga del sur de España'", ¡en palabras suyas, no mías! Y termina, a modo de diatriba, diciendo que yo considero a Bobastro, "ahí es nada", "gloria y refugio de la cristiandad", en el título de mi síntesis.

Veamos el porqué de mi tristeza, de mi humillación, de mi indignación.

 

INCONTESTABLE RÉPLICA A SUS ACHAQUES SOBRE LA "HISPANIDAD" DE LOS SEÑORES DE BOBASTRO

Martínez Enamorado afirma, sin argumento ninguno, que yo considero a ‘Umar ibn Ḥafṣūn "garante de la autenticidad hispánica", "en su versión rancia de cristiano levantado contra el moro infiel".

Pues bien, mírese lo que yo escribo en mi libro, a modo de conclusión, a este respecto (páginas 725 y 726):

"En cuanto a la búsqueda de inspiraciones más o menos 'nacionalistas', no consta que existiese entre los bobastrenses ninguna inquietud con respecto a la 'idea' de Hispania, ni afán por su rescate (...). Por lo tanto, yo también descarto elucubraciones de hispanofilia en los señores de Bobastro: nada en absoluto nos transmiten las fuentes".

Punto. Juzguen los lectores.

 

Y, POR ÚLTIMO, INCONTESTABLE RÉPLICA A LO DE "GLORIA Y REFUGIO DE LA CRISTIANDAD"

Me resulta incomprensible que Virgilio Martínez Enamorado desprecie y ataque mi libro, achacándome que yo lo subtitule ("ahí es nada", dice) "Gloria y refugio de la cristiandad", para así apoyar su falsa afirmación de que yo haya dicho que ‘Umar ibn Ḥafṣūn era "un campeón de la cristiandad frente al infiel" (sic).

Pues bien, esas palabras, "Gloria y refugio de la cristiandad", no son un invento mío, sino que se trata de las palabras textuales de la fuente original, escritas por el historiador musulmán Ibn Ḥayyān, que escribe su obra al-Muqtabas-V hacia el año 1035:

"wa-makān ‘izz al-naṣrāniyya wa maw‘ila-hā",

Palabras, que los prestigiosos arabistas e historiadores María Jesús Viguera Molíns y Federico Corriente Córdoba, en su edición (Zaragoza, 1981) de la fuente musulmana, traducen literalmente así: "Gloria y refugio de la cristiandad", dentro de la oración: "La ciudad de Bobastro era base del politeísmo, morada de infidelidad y mentira, gloria y refugio de la cristiandad, que allí se acogía y descansaba" (capítulo XXIV, traducido en las páginas 173-177).

Pero lo más indignante es que Virgilio Martínez Enamorado me achaca que emplee esa frase de la crónica musulmana, ¡no mía!, para descalificarme, a sabiendas.

Porque quizá haya habido quien piense que él no sabía que fuese una frase de la fuente original y que por eso yerre al afearme que yo la ponga en el subtítulo de mi libro.

Pero es que resulta que en la propia tesis doctoral de Virgilio Martínez Enamorado, leída en la Universidad de Málaga en el año 2000 y publicada en la misma ciudad en el año 2003, en su página 248, él mismo escribe que el cronista musulmán califica así a la ciudad de Bobastro: "Gloria y refugio de la cristiandad".

Yo no podía callarme y permitir que los lectores de Historia obtengan de mi obra un juicio tan falso y tan injusto sin ni siquiera haberla leído o algo peor: negarse a leerla por ello.