sábado, 2 de abril de 2016

PRIMERA OPINIÓN SOBRE EL LIBRO "ESPAÑA, VIEJA PATRIA": LA DE JOSÉ BERDUGO ROMERO

La primera opinión es la del primer lector que tuvo este libro: mi presentador en el acto de El Corte Inglés, de Málaga, quien lo leyó en formato pdf, cuando aún no había salido de la imprenta.

JOSÉ BERDUGO ROMERO,
Licenciado en Derecho y en Historia, Doctorando en Prehistoria (especialidad en el mundo ibero en la provincia de Málaga), Académico de la Real Academia de la Historia de Antequera y Secretario de la Asociación Cultural Hisn Atiba de Teba.
18 Diciembre 2015:


La forma en que el autor narra el contexto histórico denota su formación y profesión pedagógica, consiguiendo transmitir al lector una visión de la Historia con mayúsculas, que prima la claridad y la exhaustiva explicación de los datos y las fuentes, sobre el lenguaje oscuro y elitista tan propio de la mayoría de las obras actuales, más preocupadas en la apariencia de conocimiento que en el conocimiento en sí.

Ese estilo narrativo representa uno de los fuertes de este autor y, como no podía ser menos, está presente en “España, vieja patria”, obra que, sin duda, va a ser la que consagre el salto de Francisco Ortiz a un proyecto aún más ambicioso como es la Historia de España.

No me resisto a señalar brevemente algunas ideas que se desprenden de “España, vieja patria” que me parecen de sumo interés y que me llevan a sugerir su lectura.

Pienso, en primer lugar, que realmente estamos ante una obra que viene a poner las cosas en su lugar en un panorama historiográfico como el que vivimos en el que los separatismos han hecho de la Historia un campo de batalla ideológico para la consecución de sus objetivos. En el frente que han abierto, cualquier mentira, cualquier exageración, cualquier ocultación o manipulación de los datos históricos son perfectamente válidos, si con ello consiguen dar argumentos a unas masas nacionalistas proclives a oír todo disparate que les ratifique en sus argumentos antiespañoles. Así, frente a los indocumentados del Institut de la Nova Historia o frente a los redactores de los textos de Historia que se estudian en las ikastolas, Francisco Ortiz esgrime una colosal batería de fuentes que desde los clásicos grecorromanos, pasando por los grandes sabios de la Hispania visigoda y por las múltiples crónicas de los reinos medievales, termina demostrando lo obvio: la existencia de una comunidad ancestral de probado abolengo que aglutina a los habitantes de la península que se dio en llamar Iberia, Hispania o España, comunidad a la que no fueron en absoluto ajenos los habitantes de Euskal Herria o de Cataluña.
Y lo hace con un manejo historiográfico y filológico propio de los más consumados especialistas en las fuentes, traduciendo directamente la “lingua mater” en muchos casos o demostrando su conocimiento de los giros lingüísticos del euskera.
Pero, además, no sólo efectúa una labor de recensión de textos y estudios. En España, vieja patria encontramos también novedosas teorías y puntualizaciones históricas fruto del estudio y conocimiento exhaustivo de las genealogías regias y nobiliarias de los diversos reinos peninsulares. En ese sentido es una obra innovadora y que aporta auténtico conocimiento histórico.
Sin duda podrían destacarse muchísimos aspectos más de esta inmensa obra como, a modo de ejemplo, el transcendental papel jugado por la Iglesia en el mantenimiento de la substancia de los hispánico, el rol que en la conformación de lo que nos es propio tiene el toro y los elementos rituales que surgen a su alrededor o la trascendencia de la ininterrumpida sucesión regia pero, ya dije, ese será el papel del autor.
Antes de que nadie pueda ser llamado a engaño por sus prejuicios, quiero decir que esta no es una obra fruto de alguien anclado en un supuesto nacionalismo español antivasco o anticatalán. Nada más lejos de la realidad. “España, vieja patria” es una loa a lo que nos une, desde el profundo respeto, conocimiento y amor a los idiomas, costumbres, peculiaridades y culturas de nuestros hermanos vascos, catalanes y demás, tan hispanos (o probablemente más) que cualesquiera otros habitantes de la piel de toro”.
 

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