Acabo de terminar de escribir y maquetar el capítulo 13 del libro.
Han sido siete días de intenso trabajo, con horas extras, al detectar un error, reflejado en dos capítulos anteriores. Al corregirlo, ha descuadrado ambas maquetaciones, de manera que he tenido que emplear dos intensos días de faena.
Han salido 24 páginas, incluidas numerosas ilustraciones.
Ahora viene el capítulo 14, que presumo será muy breve, ya que sólo trata un año: 1681.
Ilustración que acompaño: detalle de niño campesino con un trozo de pan, del cuadro "Juego de la argolla", de Bartolomé Murillo, pintado en el año 1668.
Por cierto, Facebook censuró mi última publicación con la glosa del capítulo 13, "trasladándola más abajo", por "infringir las normas contra la violencia". Se ve que los antiguos censores de los tijeretazos son reivindicados ahora por los histriónicos adalides del Nuevo Pensamiento, que se convierten así en sus émulos (y sin la e con tilde).
Censuraron el cuadro de Murillo en el que se ve un hombre a caballo y dos de pie hablando entre ellos. Estaban comentando el supuesto "milagro del toro", por parte de Fray Francisco Solano. Como no sea que contemplen como maltrato animal el hecho de que aquel labrador estuviese montando el caballo...
Yo no sabía sobre estas cosas, hasta que hace dos días escuché a una persona emplear el término "Woke". He investigado y... ¡ya lo tengo! Es eso. El movimiento Woke ha surgido en Estados Unidos entre los jóvenes de mentalidad Walt Disney que creen que los dibujos animados son seres reales: una combinación de ideologías progres, radicalizadas, de izquierda, identitarias, posmodernas, globalistas, entusiastas, agresivas, animalistas, hiperfeministas, de ideología de género, que defienden el ser hombre o mujer por la propia voluntad, hiperecologistas, mundialistas, del cambio climático, del calentamiento global, que se dedican a derribar estatuas de Cristóbal Colón, de criminalizar a países y personas que vivieron hace siglos como genocidas, etcétera.
Ya comprendo, los Woke me han condenado.
Lo que es esperpéntico es el porqué. Porque ellos, por su soberana voluntad, entienden que he escrito algo malo. Y lo dictan quienes no tienen ni puñetera idea de Historia.
En fin, también adjunto el cuadro de trabajo a día de hoy.