LO QUE VIRGILIO MARTÍNEZ ENAMORADO ME ACHACÓ A MÍ
El prestigioso medievalista y arabista Virgilio Martínez Enamorado y yo, desde hace muchos años, mantuvimos una cordial relación de amistad y colaboración. Sobre el apasionante tema de Bobastro, él me facilitaba sus publicaciones, y yo, datos acerca del terreno, que él agradecía y que incluía en sus textos, citándome con respeto.
Sin embargo, dos años después de la publicación de mi libro "Bobastro, la ciudad de la perdición" (Ardales, 2010), Virgilio Martínez Enamorado vertió, en su libro " ‘Umar ibn Ḥafṣūn. De la rebeldía a la construcción de la Dawla” (publicado en Puerto Rico, 2012), una serie de incomprensibles e hirientes palabras contra mí, con el agravante de achacarme conclusiones, supuestamente mías, cuando esas supuestas palabras mías eran justamente las contrarias a las que yo publiqué.
La crítica constructiva entre quienes escribimos Historia u otra materia es sana y fructífera.
Pero en este caso no hay nada de eso. Se trata simple y llanamente de invertir mis palabras y mis conclusiones, para a renglón seguido verter una serie de hirientes desprecios, minusvaloraciones y humillaciones.
Él, además, es un doctor en Historia de gran prestigio y su obra goza de amplia y merecidísima difusión y elogio; yo, en cambio, soy un sencillo maestro de pueblo, bastante desconocido para la comunidad universitaria nacional e internacional y no cuento con canales de difusión para poder replicar en justicia. Por eso, su ácido ataque resultó doblemente cruel.
MI OBLIGADA RÉPLICA
¿Por qué yo no hice una réplica en 2012, tras comprar y leer su libro? Muy sencillo. Porque no soy persona de enfrentamientos y polémicas; porque me resulta muy triste meterme en una confrontación con alguien con el que me cruzo y al que saludo frecuentemente en mi pueblo, Ardales; y por el respeto y el cariño que profeso a su familia política desde, nada más y nada menos, el año 1977.
Por eso he evitado durante todos estos años sacar este tema y decidí obviar aquel ataque, aquella humillación, aquellas palabras hirientes.
¿Qué ha cambiado ahora, nueve años después, en 2021, para que me decida a hacer pública mi réplica, con lo que ella podría acarrear de polémica ciertamente desagradable? Muy sencillo también. Porque acabo de recibir en pocos días dos opiniones despreciativas contra mi obra, al dar por ciertas las palabras de Martínez Enamorado y sin haber leído mi libro, menospreciándolo a priori.
Así que, siendo completamente injusto que quede flotando la duda sobre este asunto desde ahora y hacia el cercano y lejano futuro, voy a contestar dichos ataques y dichas falsificaciones.
LAS CITAS SOBRE MÍ EN EL LIBRO DE VIRGILIO MARTÍNEZ
En su libro, Virgilio Martínez me cita seis veces.
En la primera de esas citas (página 1), lo hace sin significación laudatoria ni condenatoria, simplemente para informar de que mi libro es una de las tres monografías sobre ‘Umar ibn Ḥafṣūn y Bobastro publicadas en el tiempo actual, junto a las de los doctores Acién Almansa (1997) y Vallvé Bermejo (2004) (que descansen en paz ambos).
En otras dos citas (páginas 59 y 113), se refiere a mí de forma elogiosa en cuanto a mi estudio y mis propuestas sobre la figura de Argentea de Bobastro, por suponer que mi visión, según él, es una visión argumentada, "lógica" y "mucho más completa", reconociendo que es novedosa, inédita hasta la publicación de mi libro.
Pero tales elogios no atenúan el carácter de sus despiadadas palabras en las otras tres citas. ¡Ya digo que la crítica es natural y fructífera!, pero no la falsedad.
Dos de esas opiniones hirientes las monta sobre una falsificación de mis conclusiones; la otra, sobre una tergiversación incomprensible desde el punto de vista de la verdad, y ofensiva.
Falsifica mis conclusiones, poniendo en mi boca, o mejor dicho en mi pluma, unas conclusiones que son exactamente las contrarias de las que yo escribo, expongo y publico.
Dice (páginas 45 y 46) que Vallvé Bermejo y yo, Ortiz Lozano, hemos "asignado al personaje" "un papel de garante de la autenticidad hispánica, ya sea en su versión rancia de cristiano levantado contra el moro infiel, ya sea en su versión más 'moderna' de descendiente de visigodos", y que intentamos devolver la valoración historiográfica del personaje a pleno siglo XIX. Y nos estigmatiza con la despectiva y supremacista frase de que lo hacemos "sin complejo alguno". Lo peor es, que de forma inadmisible, él no se ve obligado a argumetarlo. Descalifica porque sí y punto, cuando resulta que quien haya leído mi libro verá que yo no ofrezco, dicto ni proclamo ninguna visión historiográfica, sino que me limito a ordenar los desordenados relatos que nos ofrecen las fuentes originales musulmanas, ¡con sus propias palabras!, facilito una relación exhaustiva y completa de las visiones historiográficas de todo tipo, con respeto hacia todas ellas y asumiendo lo que cada una de ellas aporta, para, por último, exponer yo la mía (páginas 725 a 736 de mi libro), siempre, siempre, siempre con fundados argumentos.
Pero lo peor es cuando Martínez Enamorado (página 79), después de decir una gran verdad, cual es que la figura de ‘Umar ibn Ḥafṣūn es la de un personaje muy prosaico y sin escrúpulos religiosos (¡como yo también digo, mostrándome de acuerdo, a lo largo de mi libro!), añade que ello está "en las antípodas de derivas hagiográficas", diciendo que se refiere "particularmente a la obra de Ortiz Lozano". Por supuesto, otra vez sin argumentarlo.
Finalmente, la tergiversación (página 47), falsificando mis conclusiones, y haciéndolo además sobre una suposición falsa, que roza lo fraudulento y, por tanto, lo ofensivo, al decir mentirosamente sobre mí que yo, acerca de ‘Umar ibn Ḥafṣūn, me dediqué a "hacerlo campeón de la cristiandad frente al infiel", palabra, por cierto, que yo no empleé nunca, y a hacer de Bobastro "una 'Covadonga del sur de España'", ¡en palabras suyas, no mías! Y termina, a modo de diatriba, diciendo que yo considero a Bobastro, "ahí es nada", "gloria y refugio de la cristiandad", en el título de mi síntesis.
Veamos el porqué de mi tristeza, de mi humillación, de mi indignación.
INCONTESTABLE RÉPLICA A SUS ACHAQUES SOBRE LA "HISPANIDAD" DE LOS SEÑORES DE BOBASTRO
Martínez Enamorado afirma, sin argumento ninguno, que yo considero a ‘Umar ibn Ḥafṣūn "garante de la autenticidad hispánica", "en su versión rancia de cristiano levantado contra el moro infiel".
Pues bien, mírese lo que yo escribo en mi libro, a modo de conclusión, a este respecto (páginas 725 y 726):
"En cuanto a la búsqueda de inspiraciones más o menos 'nacionalistas', no consta que existiese entre los bobastrenses ninguna inquietud con respecto a la 'idea' de Hispania, ni afán por su rescate (...). Por lo tanto, yo también descarto elucubraciones de hispanofilia en los señores de Bobastro: nada en absoluto nos transmiten las fuentes".
Punto. Juzguen los lectores.
Y, POR ÚLTIMO, INCONTESTABLE RÉPLICA A LO DE "GLORIA Y REFUGIO DE LA CRISTIANDAD"
Me resulta incomprensible que Virgilio Martínez Enamorado desprecie y ataque mi libro, achacándome que yo lo subtitule ("ahí es nada", dice) "Gloria y refugio de la cristiandad", para así apoyar su falsa afirmación de que yo haya dicho que ‘Umar ibn Ḥafṣūn era "un campeón de la cristiandad frente al infiel" (sic).
Pues bien, esas palabras, "Gloria y refugio de la cristiandad", no son un invento mío, sino que se trata de las palabras textuales de la fuente original, escritas por el historiador musulmán Ibn Ḥayyān, que escribe su obra al-Muqtabas-V hacia el año 1035:
"wa-makān ‘izz al-naṣrāniyya wa maw‘ila-hā",
Palabras, que los prestigiosos arabistas e historiadores María Jesús Viguera Molíns y Federico Corriente Córdoba, en su edición (Zaragoza, 1981) de la fuente musulmana, traducen literalmente así: "Gloria y refugio de la cristiandad", dentro de la oración: "La ciudad de Bobastro era base del politeísmo, morada de infidelidad y mentira, gloria y refugio de la cristiandad, que allí se acogía y descansaba" (capítulo XXIV, traducido en las páginas 173-177).
Pero lo más indignante es que Virgilio Martínez Enamorado me achaca que emplee esa frase de la crónica musulmana, ¡no mía!, para descalificarme, a sabiendas.
Porque quizá haya habido quien piense que él no sabía que fuese una frase de la fuente original y que por eso yerre al afearme que yo la ponga en el subtítulo de mi libro.
Pero es que resulta que en la propia tesis doctoral de Virgilio Martínez Enamorado, leída en la Universidad de Málaga en el año 2000 y publicada en la misma ciudad en el año 2003, en su página 248, él mismo escribe que el cronista musulmán califica así a la ciudad de Bobastro: "Gloria y refugio de la cristiandad".
Yo no podía callarme y permitir que los lectores de Historia obtengan de mi obra un juicio tan falso y tan injusto sin ni siquiera haberla leído o algo peor: negarse a leerla por ello.