viernes, 4 de julio de 2025

Datos inéditos sobre la prestigiosa escritora ardaleña María Mendoza

 El 20 de mayo de 1978, a mis 21 años, terminé mi primer libro sobre nuestra villa, "Ardales. Operación Mil Pueblos", de 153 páginas a tamaño folio. Y en la página 130 ya mencionaba a nuestra prestigiosa escritora, poeta y novelista:

"María de Mendoza Vives.- En 1821 nació en Ardales la que había de ser famosa novelista María de Mendoza Vives".

Lo poco que yo entonces sabía de ella me lo dijo Antonio Zurita Martín, quien, a raíz de la publicación en 1964 de los cuatro tomos de "Efemérides Malagueñas" por parte de su camarada y compañero de alcaldías José Luis Estrada Segalerva, y siendo aquél Alcalde de Ardales, decidió dedicarle una calle a la admirada escritora hija del pueblo. Escogió para ello la calle que hasta entonces llevaba el antiquísimo nombre de calle Cuna, pero no porque en ella naciera la futura escritora. Más bien ésta nació en la Plaza, si no me equivoco, en una casa colindante al antiguo estanco de las hermanas Merino Valenzuela, pues allí vivían entonces los ricos labradores ardaleños de la saga de los Méndez.

El dato del año de su nacimiento lo tomé de la bibliografía existente a nivel nacional, que ya entonces daba dos fechas: 1819 y 1821.

Toda esa bibliografía literaria sigue insistiendo hasta hoy en que María Mendoza nació en uno de esos dos años; incluso así lo creen sus propios descendientes.

Sin embargo, ya el viernes 23-2-1998, en mi consulta en el Archivo Parroquial, sito en el Obispado, vi que, aunque los libros de bautismos anteriores a 1824 habían sido quemados en dos tandas, 1931 y 1936, se conservaba un Libro Índice de Bautismos que arrancaba del año 1813. Conviene explicar que los libros de nacimientos, matrimonios y defunciones del registro civil comenzaron en España en el tardío año de 1870; por lo que sólo existían antes de esa fecha los libros sacramentales de bautismos, desposorios y funerales de la Iglesia.

Lo consulté y allí estaba:

"Libro 21º. Año 1817. María, de D. Juan de Mendoza y Dª Luisa Agustina Méndez; folio 82º vuelto".

Un año antes, el 9-4-1997, realicé, por encargo del alcalde Salvador Pendón, un trabajo genealógico, totalmente altruista por mi parte, para un tataranieto de la escritora ardaleña, el afamado novelista y ensayista catalán Luis Goytisolo Gay:

-Luis Goytisolo Gay, nacido en Barcelona 1935; hijo de:

-Julia Gay Vives, nacida en 1899; hija de:

-Marta Vives Pastor, nacida hacia 1873; hija de:

-José María Vives Mendoza, nacido hacia 1850, notario en Barcelona al menos desde 1881 hasta 1909 o 1910; hijo de:

-Nuestra paisana María Mendoza Méndez, nacida en Ardales en 1817.

En dicho trabajo, me remonté cuatro siglos a nueve generaciones más arriba de María Mendoza Méndez; hija de la ardaleña de familia muy pudiente doña Luisa Agustina Méndez Paradas y de don Juan Mendoza Rico.

Resulta que don Juan Mendoza, con casi total seguridad, era hermano del Médico Titular de Ardales don José Mendoza, "Facultativo en Física", ¡precisamente en 1817! Ésa es la principal razón por la que confundí la profesión del padre de María Mendoza, creyéndolo médico; dato que estoy viendo ahora mismo en mis apuntes.

El matrimonio de los padres de María Mendoza se celebró en la parroquia de Ardales a principios del año 1817. También habían sido quemados los libros de matrimonios de, casualmente, justo antes de 1818. Pero por la notación de los folios del magnífico índice de desposorios salvado, que alcanza cuatro siglos y medio, pude saber que ese matrimonio debió celebrarse en enero o, mejor, en febrero de 1817.

La bibliografía sobre María Mendoza también daba dos años para su matrimonio con Ramón Vives Torrebadella: 1841 y 1844. La aproximación más exacta era "Febrero de 1841", sin saberse el día exacto; la cual otorgaba a María Mendoza, "la temprana edad", decían, de 19 o a lo sumo 20 años al contraer el matrimonio.

Bien, el pasado martes 2 de julio acudí a varios archivos malagueños para aclarar estos y otros datos referentes a mis estudios de cara al tomo 5 de la Historia de Ardales (que va desde el año 1700 hasta el año 1902).

Dado que todos los estudios literarios insisten en dar los años 1819 o 1821 para el nacimiento de María Mendoza y dado que yo había descubierto que en realidad era el de 1817, pensé que aquella niña María de 1817 sería otra distinta, que habría muerto siendo un bebé; y que luego nacería nuestra María, recibiendo, como era costumbre entonces, el mismo nombre de su supuesta y difunta hermana mayor.

Así que volví a consultar el índice de bautismos, y he podido confirmar y certificar lo siguiente:

-Que, una vez consultados todos los bautismos, entre 1813 y 1826, de posibles hijos de don Juan Mendoza y doña Luisa Agustina Méndez, sólo existe el de la niña llamada María, bautizada en 1817. ¡Y ninguna otra ni en 1819 ni en 1821! Miré tan amplio lapso de 1813 a 1826 por si hubiese nacido antes del matrimonio (cosa nada rara) o bastante después de los años que se le suponen. Así que nuestra predilecta paisana María Mendoza nació en 1817. Y no en 1819 ni en 1821.

-Aunque perdido ese libro 21º de bautismos, resulta que de 25 bebés con nombres de la letra "M" bautizados en Ardales en 1817, nuestra María Mendoza, en el orden cronológico de la foliación, es la 23ª. Lo cual nos hace pensar que nació en diciembre. O, como muy pronto, en noviembre. Hay un dato por ahí que dice que nació un día 19 de diciembre, lo cual coincide con lo que vengo diciendo de que es casi seguro que nació en ese mes. Pero de 1817. De forma que no fue concebida antes de celebrado el matrimonio de los padres, ya que éstos se echaron las bendiciones en enero o, como muy tarde, en febrero. Hoy en día no tiene la menor importancia que la mujer vaya o no vaya virgen al matrimonio. Pero con los documentos en la mano, resulta, y lo digo a los simples efectos de curiosidad y como dato histórico, que doña Luisa Agustina no iba embarazada cuando se casó.

Después busqué el acta de matrimonio de la propia María Mendoza, aunque con el hándicap de que sólo tres parroquias de Málaga capital conservan los libros sacramentales: los de las demás iglesias fueron convertidos en cenizas en aquellos años de 1931 y 1936.

Intuí que pudieran haberse casado en la parroquia de Santa María, la del Sagrario de la Catedral. Pero no aparece ahí.

Seguidamente consulté los libros de desposorios de la parroquia de San Juan. ¡Y allí estaba! Se celebró el 20 de febrero de 1841.

De dicha acta de matrimonio resulta un dato que ya corrobora de forma totalmente definitiva mi propuesta de que María Mendoza nació en 1817 y no en 1819 ni 1821. Y es que el cura hizo constar que la novia tenía "24 años". Exactamente, si en 1841 tenía 24 años, es que nació en 1817, y no en 1819 y menos en 1821.

Otro dato inédito es que el cura de San Juan hace constar que el esposo, don Ramón Vives Torrebadella, natural de Tarragona y de 30 años, era de ocupación principal Comerciante, sin que ello contradiga que fuese también funcionario judicial.

El novio consta ser hijo de don Domingo Vives y doña Ramona Torrebadella; y la novia, de don Juan de Mendoza y doña Luisa Méndez. Hay errata en decir que la novia y sus padres eran naturales de la ciudad de Málaga, pues ya sabemos que doña Luisa Agustina y nuestra María eran de Ardales; el padre sí era de la capital.

Firmaron como testigos don Manuel Mendoza, Comandante de Ynfantería, soltero, natural de Málaga; y don Antonio Velasco, soltero y médico. Otro médico.

Y más curiosidades:

Fueron casados por don José Fernández y Lago, presbítero, con permiso del Cura párroco don Francisco Pascual y Luque, y con el mandamiento, ese mismo día, del presbítero Provisor y Notario del Obispado don Salvador Surazaga. Don Salvador mandaba al párroco de San Juan que aceptara se casasen estos novios sin cumplir las condiciones establecidas en el Santo Concilio de Trento. En concreto, el Provisor concedía, repito, ese mismo día, a los novios el privilegio de poder casarse de forma inmediata sin tener que esperar que corrieran las tres canónicas moniciones (o avisos) en tres domingos seguidos para que se pudiesen pronunciar posibles impedimientos en la misa mayor de las 12 del mediodía de cada uno de esos domingos. Y lo ordenaba "por justas causas que a ello mueven".

La ardaleña María Mendoza Méndez nació, pues en diciembre de 1817; lo más probable el día 19.

Por tanto cumplió 24 años el año de su matrimonio, 1841, aunque al celebrarse éste el 20 de febrero, ella aún tenía 23 y tres meses.

Y murió en Barcelona el día 21 de febrero de 1894, a la exacta edad de 76 años y 3 meses.

Francisco Ortiz Lozano acabólo el 4-7-2025

Dibujo sobre foto de María Mendoza, publicada por la revista "La Ilustración de la Mujer", de Barcelona, el día 15-11-1885, cuando ella tenía 68 años.

Fragmento del índice de bautismos del año 1817 de la parroquia de Ardales (Archivo Histórico Diocesano, legajo 86).

Fragmento del acta de matrimonio del 20-2-1841 de la parroquia de San Juan de Málaga, libro 32º de desposorios, folio 309 (Archivo Histórico Diocesano, legajo 467).








Se ha derrumbado parte de un monumento de Ardales

 SE HA DERRUMBADO PARTE DE UN IMPORTANTE MONUMENTO DE ARDALES

El pasado domingo 29 de junio nos encontramos la lamentable sorpresa de que se ha derrumbado parte del arco del acueducto andalusí de la cañada del Cortijillo, que desemboca en el río Turón junto al Charco de la Olla.
Se trata de un acueducto servidor de las aguas del cauz ("el Cao") de la ribera de nuestro río, que va desde la parte alta de Turón hasta la zona de la Huerta de las Parras.
El definitivo trazado, en parte de mampostería y en parte de talla en la roca, con alcantarillas y acueductos (este que nos interesa con gran arco ojival), debe fecharse en la época dorada del sultanato andalusí de Granada, en torno al año 1300, aunque ciertamente fue remodelado varias veces ya en siglos castellanos.
El día 25 de febrero estuve allí y mi hija me tomó varias fotografías, señalando el peligro de cómo las últimas lluvias han ido carcomiendo la base de parte de aguas abajo de dicho acueducto. Y tan sólo seis días después, el 3 de marzo, cayeron grandes aguas de una tormenta que, seguramente, fue la que produjo la catástrofe.
Urge que la autoridad competente, no sé si la Consejería de Cultura o el Ayuntamiento de Ardales, tome medidas al respecto, porque podría ocurrir la desgracia de que presumibles tormentas en el próximo otoño acaben por destruir el acueducto por completo. ¡Ahora está el cauce taponado, así que con la próxima tormenta me temo que el enorme acueducto entero se va a venir abajo!
En mis tomos 1, 2 y 3 de la historia de Ardales he ido haciendo un pormenorizado estudio descriptivo, histórico y muy ilustrado (con muchas fotografías) sobre el "Cao".
TRASLADO ESTE AVISO AL ALCALDE.
Y ahora acompaño unas cuantas fotografías por si sirven de ayuda:

Fotografía del 27-11-1990 del arco aguas abajo:


Fotografía del 27-11-1990 del arco aguas arriba:


Fotografía del 22-11-2002 del mismo arco,
con un grupo de alumnos:


Fotografía del 22-11-2002 de la mampostería izquierda de ese arco de aguas arriba:


Fotografía del 2-1-2003 en horizontal:


Fotografía del 2-1-2003 en vertical:


Fotografía del 5-11-2023 del arco aguas arriba,
en la que se observan ya unos cimientos demasiado carcomidos:


Fotografía del 5-11-2023 del arco aguas abajo:


Fotografía del 25-2-205 en horizontal, del arco aguas abajo,
en la que señalo lo que iba carcomiendo:


Fotografía del 25-2-2025 en vertical, de lo mismo:


Fotografías de este domingo 29-6-2025,
con parte del arco ya derrumbado, notándose que el peñasco de la base izquierda sigue en su sitio;
habiéndose producido la rotura en la parte derecha:








jueves, 6 de febrero de 2025

DATOS OCULTOS PARA QUE RELUZCA TODA LA VERDAD (A PROPÓSITO DEL SUPUESTO PÁRAMO LITERARIO DE HISPANOAMÉRICA)

 DATOS OCULTOS PARA QUE RELUZCA TODA LA VERDAD

(A PROPÓSITO DEL SUPUESTO PÁRAMO LITERARIO DE HISPANOAMÉRICA)
SOBRE LA INTERVENCIÓN DE AYER EN ARDALES DE LA DESTACADA FILÓLOGA ALEMANA MICHI STRAUSFELD
Ayer hubo un acto cultural de gran altura en la Biblioteca de Ardales, con una destacada asistencia de un público ardaleño y de Cañete la Real, que brilló por su atención y satisfacción: una audiencia femenina en casi su totalidad, con la escuálida excepción de cuatro hombres. Resultó una actividad que merece una vez más el elogio para nuestra admirable bibliotecaria municipal, Joaquina Durán.
La filóloga Michi Strausfeld, con notable simpatía y empatía, captó y cautivó a las personas ávidas de saber y de leer.

A mí me encantó su trayectoria biográfica, plagada de encuentros con destacados autores y de trabajos de gran mérito, en tiempos difíciles, yendo y viniendo desde Alemania, al Perú, a Barcelona y a más lugares. Y siempre desviviéndose por la lectura, por la Literatura, por el mundo editorial, por la promoción entre niños, jóvenes y adultos, mujeres en particular.
Disfruté mucho, salvo ante dos afirmaciones, que me decepcionaron; las cuales no restan apenas mérito al trabajo de Michi ni al acto. Fueron dos detalles, que ahora diré, aunque quienes asistieron podrían decirme, en principio con razón, que por qué no planteé mis dudas o desacuerdos en el coloquio. Muy sencillo, por dos motivos: porque el acto se alargaba, no queriendo por mi parte cansar al público; y también porque yo no deseaba estropear un encuentro que estaba resultando redondo.
Digamos que yo podría hablar de lo positivo, que en mi opinión fue casi todo: ya lo he dicho, tanto sobre la interesante trayectoria personal de Michi como sobre la entrevista-charla en sí. Pero ahora y aquí, para que se sepa toda la verdad, toca exponer mis dos desacuerdos.
Mi primer desacuerdo, que no es importante, es que, junto a la justa crítica a las dictaduras, esa crítica estuvo escorada y no se extendió a toda dictadura... Digamos que, en mi opinión, el acto debió ser literario, que lo fue, pero no político; por cierto, no me pareció bien que Gabriel García Márquez no satisfaciera las ansias de aprender Literatura de la joven estudiante Michi, y se dedicara a hablarle de política. En ese sentido, hubo una crítica injusta contra la supuesta nulidad de lecturas y lectores en la España de hace equis años (ya sabemos...). Al contrario, cuando yo entré en el instituto en 1966 (que antes se entraba con diez u once años), los niños leíamos infinitamente más que los de hoy. Yo recuerdo desde libros de aventuras, traducidos del francés o del inglés o de autores españoles (incluido el preciosísimo “Marcelino Pan y Vino”), hasta todo el gran plantel de tebeos (hoy llamados cómics), que no sólo me los bebía, hasta su letra más pequeña, sino que en realidad fueron los que me forjaron como empedernido lector: el “Pulgarcito”, el “Tío Vivo”, el “DDT”, el “TBO”, “El Capitán Trueno”, “El Jabato”, el “Pumby”, el “Din Dan”...
Y el otro motivo de desacuerdo es más grave.
Michi Strausfeld vino a decir que la América española de los tres siglos en que fue arte y parte del reino de España (desde 1492 hasta las secesiones de 1811 a 1824) fueron tres siglos de una especie de páramo literario, y que sólo existía la Biblia... Dio la sensación de que con las “independencias” de los nuevos países del centro y del sur de América, empezó a florecer todo, y no lo niego en cuanto a Literatura. Pero en cuanto a lo humano..., habría mucho que decir. Los indios, desde las disposiciones testamentarias de la reina Isabel la Católica, y con sucesivas leyes de los reyes Carlos I, Felipe II, Felipe III y Carlos II al menos, fueron declarados súbditos de España, al igual que los españoles de la península; se toleraron y promovieron los matrimonios mixtos de españoles con indias y de indios con españolas, a diferencia de los demás países europeos; los indios tuvieron acceso a la nobleza; los indios tuvieron acceso a la enseñanza, a las universidades y al clero... En cambio, a partir de las independencias, la “caza al indio”, encaminada al exterminio de numerosas tribus, incluso con recompensas por cada cabeza de indio masacrado, fue un hecho.
Centrándome en lo de la supuesta inexistencia de Literatura, en todas sus facetas, aunque es cierto que fue escasa la obra literaria hispanoamericana en esos tres siglos, tengo que facilitar unos datos que lo desmienten; unos datros que creo necesarios, urgentes e indispensables para que el público que asistió al acto no se lleve una idea tuerta de esa atrevidísima y decepcionante afirmación.
A lo primero, destacaron los historiadores, y unos historiadores de una Historia como ciencia, reconocidos hoy, y con una concepción “de plena madurez” sobre la materia. Ya Cristóbal Colón nos dejó sus “Relaciones” de los viajes. Hernán Cortés, además de guerrero, escribió elogiables “Cartas y Relaciones”. Francisco López de Jerez, su “Verdadera relación de la conquista del Perú” (1539). Bartolomé de las Casas, “Brevísima relación de la destrucción de las Yndias” (1552), con aciertos y muchas exageraciones (en las que comenzó a fraguarse la Leyenda Negra), consiguiendo del rey Carlos I una comisión que hiciera justicia al respecto: curioso el estilo de España, prestando atención a quien denunciaba los abusos de algunos españoles y defendía a los indios: qué gran diferencia con lo que ocurría entre los demás países europeos... Pedro Cieza de León, la “Crónica del Perú” (1553), de gran interés geográfico y costumbrista. Gonzalo Fernández de Oviedo, “Historia general y natural de las Yndias” (<1557), sobre razas, costumbres, tierra, fauna, flora... Francisco López de Gomara, “Historia general de las Yndias” (<1572). Bernal Díaz del Castillo, “Verdadera historia de Nueva España” (<1581).
En lo estrictamente literario. El vasco Alonso de Ercilla, soldado voluntario en Chile: el grandioso poema épico “La Araucana”, en tres partes (1569, 1578, 1589). El chileno Pedro de Oña, “El Arauco domado” (Lima, 1596). Bernardo de Balbuena, “Grandezas Mexicanas” (1604). Inca Garcilaso de la Vega, nacido en Cuzco, hijo de un soldado español y una princesa inca: “Comentarios reales” (1609) y la “Relación Completa del mundo de los incas” (frutos, fauna, templos, vivienda, caminos...). Fray Diego de Hojeda, “La Cristiada” (1611). Las dos etapas americanas del dramaturgo Juan Ruiz de Alarcón, nacido en México en 1581. Antonio de Solís, “Historia de México” (<1686). José Joaquín Fernández de Lizarza, nacido en 1776: “Periquillo Sarmiento” (1816). José Joaquín Olmedo, nacido en Guayaquil en 1780, poeta y diputado en las Cortes de Cádiz en 1812.
En cuanto a las obras científicas, España y la España americana o la América española de esos tres siglos de supuesto desierto cultural, destacó por encima de la Europa de su tiempo en cuanto a las exploraciones. A juicio de la Asociación Española de Americanistas, “Las obras de los científicos hispanoamericanos fueron altamente consideradas por sus coetáneos y sucesores. Se multiplicaron, con traducciones al francés, inglés, italiano, latín, holandés y alemán". He aquí una muestra:
Pedro Medina, “Arte de navegar” (1545), primer libro al respecto, tanto en América como en Europa. Martín Cortés de Albacar, marino, geógrafo, cosmógrafo, explorador marítimo del Océano, con su “Breve Compendio de la Sphera y de la arte de navegar” (1551). Diego García de Palacio, “Regimiento de Navegación” (1552) y “Instrucción Náutica” (1587). Andrés de Urdaneta, navegante y cosmógrafo, con su “Gesta” (1565). José de Acosta (fallecido en 1585), misionero jesuita, cronista, indiano. Rodrigo Zamorano, “Compendio de la arte de navegación” (1581). El prestigiosísimo Francisco Hernández, nacido en 1515, médico, expedicionario, “Materia Médica Mexicana”, Protomédico General de todas las Yndias, por nombramiento del rey Felipe II en 1570, autor de “De Antiquitatibus Novae Hispaniae”, en 16 volúmenes, publicados en México hasta 1576; y sus 22 libros sobre sus siete años de exploraciones, publicados hasta 1577. Francisco Bravo, “Ópera Medicinalia” (publicada en México en 1570), y su “Tractado Brebe de la Medicina Mexicana” (1592). Nicolás de Monarde (+1588), médico, historiador de la Medicina americana, de la metalurgia: “Cosas que traen de nuestras Yndias y que sirven al uso de la Medicina”. Benito Arias Montano (+1598), hebraísta y humanista. Hugo de Omerique (+1698), matemático. Las prácticas médicas de Pedro López, Francisco Toro y Juan de Eluza. O las publicaciones del Convento de la Orden de San Francisco de México: del “Herbario” de Tragus (1533), el “Canón” de Avicena (1507) o la “Materia Medicia Medicinalis” de Discórido (1566).
En cuanto a la Filología sobre lenguas indias, España fue pionera en toda Europa sobre el estudio, defensa y difusión de las gramáticas indígenas de América, a diferencia de la represión de los demás países europeos. Los datos son abrumadores. Atención:
El franciscano Andrés de Olmos, fraile del Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco (México), fundado en 1533, es el autor de la primera Gramática de Lengua Náhuatl: “Arte de la Lengua Mexicana”, publicada en 1547; ¡o sea, poco después de la primera Gramática de la Lengua Castellana, de Nebrija, y muchísimo antes de que existiera la primera gramática de una lengua europea, la francesa! En 1570, el rey Felipe II, por Real Cédula, declaró el náhuatl lengua oficial en Nueva España (México). El sacerdote Bernardino de Sahagún, etnógrafo, publicó los doce libros del “Códice Florentino”, la “Psalmodia Christiana” y el “Evangeliario en lengua mexicana" (todo en México en 1577 y 1583). Tan sólo en el México español en el siglo 16 se publicaron 109 obras dedicadas a las lenguas indígenas. Sor Juana Inés de la Cruz ecribió poemas en lengua náhuatl. En cuanto a la lengua quechua, el misionero Diego de Santo Tomás publicó la “Grammatica o Arte de la lengua general de las Yndias de los reynos del Perú” y el “Lexicón o vocabulario de la lengua del Perú”, en Aucallama. En 1580 el rey Felipe II creó la Cátedra de Lenguas Indias en las universidades de Lima y México. ¡Qué diferencia más enorme con lo que hacían los demás países europeos en sus colonias! En 1586 Antonio Ricardo publicó “Arte y vocabulario de la lengua del Perú llamada Quichua” (1586). Diego González de Holguín, “Grammatica del Quichua o Lengua del Inca” (1607). Además en los dos siglos de los años 1600 y 1700, en la América española los filólogos españoles publicaron gramáticas de las lenguas indias (atención) aimara, guaraní, totnaca, otomí, purépecha, zapoteca, mixtea, maya y mapuche.
Para terminar diré que en ese supuesto “desierto cultural y literario” en la América de los tres siglos españoles, tal y como se los habrá imaginado el público que asistió al acto, España fundó 28 universidades, abiertas a todos los estudiantes, nacidos en la península o en la América española. Y esas 28 universidades suponen un huracán demoledor de la ausencia casi total de universidades fundadas por los demás países europeos en sus colonias. Que yo sepa, en Norteamérica (actuales Estados Unidos y Canadá), mientras fueron colonias de ingleses y franceses, no se fundó ninguna universidad. Las universidades españoles de Hispanoamérica, o hispanoamericanas de España, fueron las siguientes, precisamente fundadas en esos tres siglos en los que supuestamente no hubo nada literario allá:
En 1551: Real y Pontificia Universidad de San Marcos, en Lima.
En 1551: R. y P. Universidad de México.
En 1552: R. Universidad de La Plata en Sucre.
En 1558: R. y P. Universidad de Santo Domingo.
En 1558: R. y P. Universidad de Santiago de la Paz Gorjón en Santo Domingo.
En 1580: P. Universidad de Santo Tomás en Bogotá.
En 1603: Universidad de San Fulgencio en Quito.
En 1608: P. Universidad de San Ildefonso, en Lima.
En 1621: Universidad de Córdoba de Argentina.
En 1621: P. Universidad de Cuzco.
En 1621: P. Universidad de San Francisco Javier de Bogotá.
En 1622: R. y P. Universidad de San Gregorio Magno de Quito.
En 1622: P. Universidad de Santo Tomás en Santiago de Chile.
En 1624: R. y P. Universidad de Mérida de Yucatán.
En 1624: R. y P. Universidad de San Francisco Xavier de Sucre.
En 1625: Universidad P. y Colegio Máximo de San Miguel en Santiago de Chile.
En 1676: R. Universidad de San Carlos en Guatemala.
En 1677: Universidad de San Cristóbal en Huamaga (Perú).
En 1681: R. y P. Universidad de Santo Tomás en Quito.
En 1692: R. Universidad de San Antonio Abad en Cuzco.
En 1721: Universidad de San Jerónimo en La Habana.
En 1721: R. Universidad de Santa Rosa en Caracas.
En 1724: R. Universidad Pencopolitana de Concepción (Chile).
En 1747: R. Universidad de San Felipe en Santiago de Chile.
En 1786: R. Universidad Pública de Santo Tomás en Quito.
En 1792: R. Universidad de Guadalajara de México.
En 1810: Universidad de San Buenaventura de Mérida de los Caballeros de Venezuela.
En 1812: Universidad de la Inmaculada Concepción de León en Nicaragua.
Ahora creo que ya el público que asistió ayer al interesante y meritorio acto de la destacada filóloga Michi Strausfeld puede hacerse una idea más acertada y más justa sobre la grandiosa obra literaria y científica de España en Hispanoamérica.
No es mi afán la polémica ni menospreciar a nadie, sino la Justicia.
Con esta humilde aportación, un abrazo para todo el mundo. Francisco Ortiz Lozano, Ardales, 6-2-2025.
Ilustro con unas cuantas estampas:
1597, mapa.
1547, Olmos.
1571, Ocharte.
1580, Sahagún.
1586, Ricardo.
1645, Carochi.
1680, Tauste.
1692, Alcarás.
1732, Machoni.
1753, Flores.
1765, Febres.

















martes, 1 de octubre de 2024

El Señor de la Sangre y el Jueves de Milagro en mi libro de historia de Ardales

 Este jueves, día 3 de octubre, se celebra el 382º Jueves de Milagro, en la iglesia parroquial de Ardales.

En mi reciente libro, el tomo 4 de la historia de Ardales, titulado "Marqueses y labradores", ofrezco todos los datos, históricos y legendarios sobre esta Imagen y su culto, desde su creación hasta el año 1700.

El comienzo de la devoción del Cristo de la Vera Cruz, desde el año 1502 (página 84).

La tradición legendaria sobre el origen del Cristo de la Vera Cruz, que pasó a llamarse Cristo del Retamar, con todos los documentos y testimonios que fui recogiendo durante años; algunos escritos y otros mediante entrevistas, desde 1978 (páginas 85 a 87).

El estudio artístico de la talla, que la cataloga como tardogótica, de alrededor del citado año 1502 (páginas 87 a 89).

La antiquísima tradición de los soldados ardaleños que se encomendaron al Cristo del Retamar allá por el año 1571 (página 250).

Las primeras noticias sobre la Cofradía de la Sangre en ese mismo año (página 251).

TODOS LOS DATOS EXISTENTES sobre el extraordinario suceso del Jueves de Milagro, ocurrido el jueves 1 de octubre del año 1643: en los documentos originales y en la tradición oral transmitida por los ardaleños durante casi cuatro siglos, incluidas las citadas entrevistas que he venido haciendo desde 1978 (páginas 446 a 454).

El "Altar Jubilado del Santo Cristo" (página 457).

Noticia de la Capilla del Xristo de la Bera Cruz en el año 1691 (página 586).

Primeras noticias sobre el Olivar del Santo Cristo de la Sangre y el Olivo del Señor de la Sangre, en el inventario del día 2 de mayo de 1700.

...

Y los datos históricos y las tradiciones seguirán, con curiosísimas noticias, en el tomo 5 de la historia de Ardales, que va desde el año 1700 hasta el año 1902.

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La fotografía que acompaña este artículo está realizada por Postales Foto Luz, de Algeciras, en el año 1925.

Corresponde a la auténtica imagen del Cristo de la Vera Cruz, Cristo del Retamar y Señor de la Sangre, con este triple nombre conocido, que fue destruida y quemada a sus 434 años de edad en el año 1936.

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Mi tomo 4 de la historia de Ardales es un libro que brinda a los ardaleños todos los exquisitos y a veces increíbles datos históricos de nuestra amada villa de Ardales, tanto sobre este tema del Señor de la Sangre como de cientos de temas más.




Detalle:

Primer plano:


miércoles, 28 de agosto de 2024

Ejemplos de bonitas lecturas de mi tomo 4 de la historia de Ardales

Para mis lectores que ya tienen el libro y para los que aún no lo han adquirido, pero tienen pensado adquirirlo.

Ejemplos de bonitas lecturas de mi tomo 4 de la historia de Ardales.

Una forma rápida para ir al abordaje de mi libro "Marqueses y labradores", tomo 4 de la historia de Ardales, sería irse primero a los índices del final (capítulos, familias y noticias), para hacerse una idea de su contenido y hacer más sencilla su lectura.

Lo siguiente puede ser abrirlo por las páginas 416 a 423.

Como libro de Historia pura, sacada de los archivos, trae quinientas historias, entre las cuales nuestra mente puede perderse como en un laberinto; ¡pero un laberinto que no tiene desperdicio para los que aman la lectura y los que aman a su pueblo de Ardales!

A lo largo del libro hay muchos apartados reunidos en unos bloques llamados MISCELÁNEA, es decir, un batiburrillo de noticias chicas, rápidas, fáciles de leer, curiosas, sorprendentes, suculentas...

Vayamos, como digo, a modo de ejemplo, a esas páginas 416 a 423. Se refieren a las noticias breves de entre los años 1623 y 1632. ¡Los tiempos del Rey Planeta Felipe IV, del Conde Duque de Olivares, del sublime pintor Velázquez, del sublime autor teatral Lope de Vega, del sublime escritor Quevedo, del sublime poeta Góngora, de los sublimes Tercios Españoles!

Y en tan escasas páginas el lector disfrutará leyendo lo siguiente:

-El pregonero y los pregones.

-El esclavo Abdalá compra un burro.

-La ardaleña Catalina García compra las hojas de los morales de El Burgo para hilar seda.

-Se abren otras dos criptas para sepulturas dentro de la iglesia.

-Regalo de arras de Cristóbal Baeza para su novia Elvira de Mora, como premio a su virginidad.

-La esclava Catalina, de 80 años.

-Regalo de una vaca con dos crías y 4 fanegas de trigo para el esclavo Domingo.

-Escritura de compromiso de unos abuelos de no exigir pago a su yerno, viudo de su hija, por criar a la nieta, la niña Francisca de Anaya y Anaya.

-Rica dote de los Cantalejo: un tesorillo de oro, 8 bueyes, 4 vacas, cuadros de santos y más cosas, hasta la respetable cantidad de 895.169 maravedíes.

-El sacerdote Francisco Rodríguez Moreno, ardaleño, deja bienes al bebé de un año Fernando, claramente hijo natural suyo.

-Venden al esclavo Salvador.

-Arreglo de la Puente del Concejo (el puente de la Molina) por el albañil Agustín González Hidalgo.

-Caballo.

-El joven hidalgo Juan Bautista de Andrade, de 23 años, comete estupro sobre la joven campesina Ana Díaz, que pierde su virginidad bajo palabra de casamiento no cumplida, por lo cual él va a la cárcel y a juicio.

-La vaca Luneta.

-Miguel Linero de Anaya concede la libertad a su joven esclava Lucía, por deseo de su difunta esposa doña María Berrocal, y estampa en la escritura su sello con el escudo de los Anaya.

-El marqués don Pedro Andrés vende la "Casa de los Corregidores", que estaba situada en el Castillo.

-Alonso Yzquierdo vende a su esclavo Muza.

-El primer capuchino ardaleño, el Padre Fray Juan de Hardales, funda una capellanía.

-El viudo de Isabel Ramos presta su sepultura en la iglesia para enterrar en ella otro muerto.

FOTOGRAFÍA de Carolina Susana Ledesma Alba, 24-2-2007.