sábado, 12 de enero de 2013

GUÍA PARA EXPLORAR MEJOR EL LIBRO "HISTORIA MEDIEVAL DE LA TIERRA DE MÁLAGA. MUSULMANES Y CRISTIANOS EN EL VALLE DE ARDALES"

Para quien no sea lector habitual de libros de Historia ofrezco a continuación una guía que puede ser muy útil a la hora de abordar mi último libro: "Historia medieval de la tierra de Málaga. Musulmanes y cristianos en el valle de Ardales".


 Los castillos de Hardales y Turón en línea (fotografía F.O.L. 4/1/2003)

Ni el contenido ni la redacción (la expresión escrita) del libro se encuadran en el mundo de la Literatura, de la novela. Por lo tanto, que nadie busque un argumento, ni unos diálogos, ni una exposición, ni unas descripciones creados a propósito por el autor como para decir después "Oh, qué libro más interesante; qué nudo más arrebatador y qué desenlace más apasionante".

Es un libro de Historia. Es un libro que rescata del más absoluto olvido los sucesos que acaecieron durante la Edad Media, entre los años 929 y 1492, en las comarcas malagueñas de Ardales, Teba y alrededores, sobre todo en Ardales. Lo que pasó aquí es lo que pasó. Los datos que se han salvado en las crónicas, archivos y ruinas arqueológicas son los que hay. No podemos inventarnos nada. No es ficción literaria, que podamos adornarla para hacer una lectura más bonita. Es verdad histórica, no imaginada, y si no consigue "enganchar" por su belleza literaria y por su trama, sí que podría "enganchar" por su verdad, por la verdad de lo que ocurrió en estas tierras, este valle, estas ruinas de castillos y alquerías que hoy conforman el amado lugar en donde vivimos. Y créanme: rescatar esos preciosos datos no ha sido tarea fácil; es el fruto de largos años, hora sobre hora, de estudio, de consulta de archivos y bibliotecas, de viajes, de exploración de yacimientos, de disparos de fotografías, de cábalas, de comprobaciones, de redacción...

GUÍA PARA SU LECTURA.

En cada uno de sus capítulos encontraremos lo siguiente:
*Capítulo 1.
La historia de al-Ándalus durante el califato de Córdoba entre los años 929 y 1009, con el proceso de islamización sobre la población hispana cristiana llevado a cabo por los califas 'Abd al-Rahmán III, al-Hakam II y Hisam II, con las hazañas del famoso y temible chambelán de este último: Almanzor. Cómo, a pesar de todo, logran persistir en sus creencias cristianas los hispani de las montañas malagueñas, en torno a su decrépito obispado y dando muestra de su alto nivel intelectual; cómo los derrotados habitantes cristianos de Bobastro son obligados a "bajar al llano": los valles de Ardales y Teba, la Vega de Antequera, la Hoya de Málaga..., donde acaban convirtiéndose al Islam. Qué tribus bereberes, qué linajes árabes, qué poblados muladíes habitaban la comarca por aquellos tiempos. Y, como colofón, los restos arqueológicos califales que aún existen en el valle de Ardales: "la vieja madina" de la Peña, la villa del Carramolo del Cojo, el hábitat ganadero del tajo del Escribano, las ruinas del Abrigo de la Campana (estos tres en la sierra de Ortegícar), las cuevas de Gargaraceite y las alquerías del llano del Retamar, de la Manga de Turón y de Vado Ramón.

* Capítulo 2.
Un relato detallado y de una clara exposición sobre cómo se produjo, entre los años 1009 y 1031, el catastrófico desmoronamiento del hasta entonces todopoderoso y esplendoroso califato de Córdoba. En lo que respecta al valle de Ardales, una noticia ilustra este período: el tránsito por estos valles de ejércitos hacia la batalla del río Guadiaro del año 1010 y el rescate de la enriscada montaña de Bobastro como refugio de un califa que huye.

*Capítulo 3.
Entre los años 1031 y 1090 al-Ándalus queda dividida entre numerosas y pequeñas cortes, llamadas "banderías" o taifas. En el libro logramos saber todos los sucesos, siempre violentos, siempre de luchas interminables que ocurrieron entre los propios musulmanes en los alrededores de Ardales y Teba: moros o bereberes por un lado; andalusíes por otro. En esas pequeñas cortes cantan y recitan los poetas, bailan las danzarinas, fluye el vino, pero en los campos se matan los soldados. Dos veces, en los años 1039 y 1047, sendos califas de la taifa malagueña se encaraman en Bobastro para defenderse. En el valle de Ardales, durante este período, sobreviven los habitantes de sus alquerías del llano del Ratamar, la Manga, cañada de las Figurillas, cerro Romero; y los primeros de ellos dejan un auténtico tesoro que reaparecerá en el futuro; un tesoro como dato histórico, pero también en cuanto se trata de un "tesorillo" de monedas de plata enterrado, para salvarlo de las arremetidas de los saqueadores, y que quedó durante siglos bajo tierra porque morirían sus dueños. Las crónicas musulmanas de este tiempo dejan claro que en lo alto de las montañas malagueñas aún perduran lugares en los que todos sus habitantes siguen siendo cristianos ¡después de 371 años de la invasión islámica! El avance reconquistador de los cristianos del norte también tiene cabida en este libro: Toledo, la vieja capital de Hispania, es recuperado en el año 1085 y se vislumbra la futura llegada de los castellanos al valle del Guadalquivir, la actual Andalucía.

* Capítulo 4.
Al-Ándalus sufre una nueva invasión africana en 1090 y queda incorporada al emirato moro de los almorávides hasta 1145: el avance castellano es frenado en seco. En el libro no olvido dedicar la atención merecida a dos temas, uno cristiano y otro mahometano: unas poco conocidas noticias de entre los años 1099 y 1107 sobre el muy debilitado y paupérrimo obispado de Málaga, que resistía bajo el represor poder almorávide; y el monumento del Calvario de Ardales como resto sacralizado del morabito de un santón musulmán. También hay hueco para narrar la expedición de ida y vuelta que el rey de Aragón Alfonso el Batallador realizó en los años 1125 y 1126, y que alcanzó nuestra comarca.

* Capítulo 5.
Entre 1145 y 1153 al-Ándalus se libra de los almorávides, resurgiendo las cortes de taifas, que a su vez, vuelven a caer en manos de otra secta mahometana de África que invade la península: los almohades. Del valle de Ardales, en este pequeño, pero convulso período, sacamos al menos tres datos: Bobastro vuelve a ser refugio, esta vez de un príncipe almohade en 1147; los poblados de campesinos del valle sobreviven, dejando muestras de las monedas cuadradas almohades; y el geógrafo al-Idrísí, en 1154, menciona y describe la tierra y la vida, sin olvidarse de las ruinas de Bobastro.

* Capítulo 6.
Con los almohades en el poder, desde Marrakech o desde las ciudades andalusíes, se vive un largo período de paz y prosperidad de la agricultura entre los años 1153 y 1212, y también la extinción de los débiles obispados hispanos de Sevilla, Granada, Córdoba, Málaga, cuyos últimos y escasos fieles, unos huyen al norte, otros son deportados a África y no pocos mueren masacrados. A partir de 1160 todos los habitantes de al-Ándalus son mahometanos. Hay otra repoblación mora-africana de nuestras comarcas. Y la vida campesina de Ardales se ve enriquecida con la próspera agricultura e industria agraria: vestigios de esta época aparecen en las numerosas alquerías de la Peña, del llano del Retamar, de la Manga, de Capellán, del Aduar, del Prado del Tío Naranjo..., hasta culminar en un yacimiento de carácter monumental y extraordinario que se conserva en la ribera del río Turón: la gran obra de ingeniería hidráulica del Cao, con sus acequias, acueductos, alcantarillas y molinos de Turón, Molinilla, Enmedio y Molina, a lo que dedico un gran reportaje descriptivo y fotográfico a lo largo de 38 páginas.


 Fotografía de F.O.L., 2/1/2003.

* Capítulo 7.
Los cristianos del norte, los reyes de Castilla, irrumpen al fin en el valle del Guadalquivir: en 1212 vencen la batalla más célebre de toda la Edad Media hispana, la de las Navas de Tolosa, a la que dedico un apartado especial, y en 1236 y 1248 son reconquistadas las dos ciudades más populosas de España y de las mayores de Europa: Córdoba y Sevilla. Esto trae consecuencias importantísimas para las comarcas de Teba, Cañete, Antequera, Ardales, Ronda...: se convertirán a partir de ahora en la tierra musulmana situada frente a las mesnadas castellanas.
En este capítulo investigo y explico los orígenes del linaje de la nobleza vasca de los Salcedo, antepasados directos de los Salcedo ardaleños actuales. Narro sus hechos y expongo su árbol genealógico de entre los años 1060 y 1248. Esas historias no suceden en el valle de Ardales, sino todavía en Vizcaya y Álava, pero el carácter curiosísimo de las mismas tiene un atractivo especial que no puede quedar en el olvido, y menos aún cuando no se trata de simple copia de datos, sino de una investigación de noticias desordenadas, sin fecha y muy desconocidas.

* Capítulo 8.
Después de caer Sevilla en 1248 se afianza un nuevo y el último estado islámico de al-Ándalus: el sultanato nazarí de Granada, en cuya próspera historia se ven incluidos los valles en torno a Ardales. Este capítulo alcanza el año 1325, con un estudio en profundidad de la frontera, incluidos mapas; los sucesos guerreros y caóticos ocasionados por otra invasión africana, la de los benimerines; y la construcción de monumentales obras que persisten como patrimonio que debe llenar de orgullo a todos los ardaleños: los castillos de Turón y Ardales, y la Tajea nazarí de la Torre, con conductos para el agua potable y dos acueductos, uno desaparecido, pero pintado en 1564, y el otro milagrosamente conservado, aunque desconocido para la inmensa mayoría de los ardaleños. Persisten las alquerías del valle, con aumento de su población, procedente de los andalusíes y moros desalojados del valle del Guadalquivir. Y las historias de los Salcedo en estos casi ochenta años alcanzan novelesco y tremendo interés, como el de un singularísimo personaje: Lope García de Salazar "Brazo de Hierro".


 Acueducto de la Tajea, foto F.O.L., 14/4/2002.

* Capítulo 9.
Quizá el capítulo estrella del libro: la cruzada de Teba. Aborda el período comprendido entre los años 1325 y 1333. El joven y enamoradizo rey Alfonso XI de Castilla conquista Olvera y alrededores, cuyas batallas se narran, y con ayuda de cruzados escoceses toma Teba en 1330. Los acontecimientos de la conquista de Teba y las batallas de Turón, Guadalteba y otras, se explican en el libro con todo el lujo de detalles que merecen. Ningún otro libro hasta la fecha ha explicado tanto de esto. Las crónicas se superan a sí mismas, contando todo lo sucedido y situando en el terreno las hazañas y catástrofes. Y el rey corona el éxito con sus requiebros y sus pinitos poéticos a su amada sevillana, la hidalga Leonor de Guzmán. Cañete, Cuevas, Pego..., caen en manos castellanas, aunque por poco tiempo. En la alquería de Capellán se construyen torres-fuertes donde enchiquerarse en los muchos casos de incursiones cristianas que, desde Osuna y Teba, irán llegando.

* Capítulo 10.
Narro los hechos de entre 1333 y 1350, de entre los que destaca la gran campaña de la frontera de Hardales del año 1339. El cronista se hace geógrafo. También merece especial atención la curiosísima anécdota que narra el geógrafo al-Himyarí, en 1337, sobre un método utilizado por los moros lamáya de nuestra comarca para comprobar si una mujer era virgen o no.

* Capítulo 11.
Entre 1350 y 1405 el sultanato nazarí de Granada supera en poder y prestigio al reino de Castilla, maltratado por incesantes guerras internas. En este tiempo se produce la primera conquista cristiana de Ardales, Turón y El Burgo, en 1362; aunque dura poco porque en 1368 vuelven a manos musulmanas. Los archivos empiezan a producir noticias sobre el castillo de Teba, especie de aguijón cristiano rodeado de territorio del Islam. Se trata de noticias bastante desconocidas hasta ahora.
La historia del linaje de los Salcedo sigue su curso.
Y en este capítulo da comienzo un estudio en profundidad y en buena parte inédito del gran árbol genealógico del noble linaje de los Guzmán, futuros señores de Teba y Ardales durante cuatro siglos; con aportación a la Historia de cruciales datos sacados de documentos hasta ahora no tenidos en cuenta.

* Capítulo 12.
Entre los años 1405 y 1430 se reanuda la implacable reconquista, con protagonismo especial de la toma de Antequera en 1410. Las noticias de batallas y hazañas con centro en Teba son cada vez mayores, como las de sus alcaides, los Méndez de Sotomayor. El libro narra con los detalles que se merecen las conquista de los lugares de la comarca. Especial interés merecen los sucesos de Pego (ruinas cercanas a Cañete), Torre-Alháquime (varias veces durante varios años y campañas), el "milagro" de los niños de Teba o cómo los grandes linajes de Sevilla (los Ribera...) se asientan en la zona. Pero lo mejor es la propia crónica: con qué lenguaje más apasionante describe las luchas entre moros y cristianos y los intentos o tomas de los pueblos de la zona, como Setenil, y las cabalgadas por la Hoya de Málaga.
Los Guzmanes dan a la historia de la comarca dos personajes de notable altura: el maestre Luis González de Guzmán y su primo-segundo Juan Ramírez de Guzmán "Carne de Cabra", padre del que será primer señor de Teba-Hardales.
Los Salcedo ven nacer al abuelo de los que primero llegarán a Ardales: el batallador Fortún Sánchez de Salcedo.

* Capítulo 13.
Estas páginas narran el día a día de los caóticos años 1430 a 1446: unas veces dominan los moros; otras los castellanos; otras, la paz. En 1433 se produce la segunda conquista cristiana de Ardales y Turón, que perdurará trece y catorce años, hasta su recuperación por parte granadina. En 1434, la trágica muerte del adelantado Diego Gómez de Ribera, capitán de Ardales, Turón y Cañete, bajo las murallas de Álora, la bien cercada. En 1439 se firma un importantísimo tratado de paz, que nos ofrece noticias de las torres de Capellán y Gargaraceite. Juan Ramírez de Guzmán "Carne de Cabra" se halla en el culmen de sus "hazañas", haciéndose famoso por su bravura y ardideza.

* Capítulo 14.
Cuando nadie apostaba por ellos, los moros del sultanato nazarí de Granada, entre los años 1446 y 1457, vencen a los castellanos, lanzan incursiones por el territorio cristiano y consiguen recuperar numerosas plazas. Dos de ellas son Ardales y Turón en 1446 y 1447; Turón, por breves meses, es recuperado en 1449 por el señor de Teba y Aguilar, Pedro Fernández de Córdoba, que lo devuelve a los Torres, pero otra vez, en 1450, cae en manos granadinas. Los archivos municipales de las ciudades andaluzas contienen cartas y actas que documentan las peticiones de auxilio de Turón y Ardales por estas fechas. Enrique IV, el rey castellano "amigo de los moros" aparece en la zona, como también el comienzo de las luchas nobiliarias contra él: todo ello tendrá repercusión en nuestras comarcas.
La familia de Juan Ramírez de Guzmán "Carne de Cabra" es estudiada en este capítulo, con datos inéditos hasta ahora. Su hijo, del mismo nombre, se convierte en señor de Teba en 1452, dando comienzo así a la larga vinculación entre este noble linaje y las tierras de Teba y Ardales.
En Vizcaya Fortún Sánchez de Salcedo capitanea las luchas feudales en el valle de ese nombre.

* Capítulo 15.
Este capítulo, que historia el período comprendido entre 1457 y 1466, se centra en la definitiva conquista de Ardales y Turón, ocurrida en el año 1464 y protagonizada por Juan Ramírez de Guzmán. Pero antes no olvida las curiosas campaña de Casarabonela del año 1457 y campaña de Ardales del año 1458. Ardales entra en la historia de Castilla y comienzan a fluir noticias.
La familia de su señor Juan Ramírez de Guzmán es estudiada como merece.
En el valle de Salcedo finalizan las llamadas "luchas de bandos": lo segundones emigran a Andalucía, en busca de nuevas tierras sobre las que fundar sus haciendas y pequeños "señoríos" de hidalgos; primero será Osuna; poco después Ardales.

* Capítulo 16.
Entre 1466, en que el rey concede Turón en señorío a los Torres, y 1492 Ardales se va formando; su parroquia es fundada; su iglesia, construida: un profundo análisis histórico y arquitectónico se incluye en este capítulo, incluido un notable reportaje fotográfico sobre su armadura mudéjar gracias a Francisco Berrocal Gómez. Los ardaleños sabrán a partir de ahora cuál y cómo fue el origen de su iglesia. Y cuáles son los linajes que vinieron a poblar el pueblo. Y las primeras relaciones entre señor y vasallos. Entre 1466 y 1482 destaca la paz sobre la guerra entre moros y cristianos, pero no cesa la guerra civil entre castellanos. El señor de Teba y Ardales, Juan Ramírez de Guzmán, ratifica tratados de paz con los moros que mandan en Málaga y en Loja. Su hermano, Fernán Gómez de Guzmán, comendador mayor de Calatrava, muere lichado en el suceso de Fuenteovejuna "todos a una". Todas las noticias recopiladas en años de estudio en diversos archivos sobre el señorío de Teba y Ardales en este tiempo tienen hueco en el libro.
Un libro que culmina con la guerra final de Granada y la narración con el lujo de sus detalles más apasionantes de la conquista, entre 1482 y 1487, de Alhama, Álora, Alozaina, Setenil, Coín, Cártama, Ronda, Marbella, Fuengirola, Vélez, Málaga, Mijas... Y las muy fuertes arremetidas, réplicas y triunfos moros de Zahara, Utrera, Loja, Tarifa, Cañete, la Ajarquía, Casarabonela, Mijas y tres veces contra Ardales, Turón y Teba.
En 1492 cae Granada. Acaban la reconquista y la Edad Media española. A partir de ahora Ardales comenzará su historia moderna como pueblo agrícola y ganadero. Comenzará la historia de sus familias, descendientes de estos primeros repobladores castellanos que ahora van llegando.

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